Uno de los temas menos entendidos y por ende más mal-entendido es el tema que comúnmente es llamado “Sacrificios”. Pretendo quizá con algo de atrevimiento pero con total confianza y ánimo constructivo darles a conocer lo que hemos entendido de los «sacrificios» y sobre la “expiación” de nuestros pecados.
Es totalmente legítimo decir que la Torá fue entregada de forma exclusiva a Israel, no existe registro histórico ni textual de que la Torá fuese dada a otro pueblo, a otra nación. Aún así, no es raro desconocer el tema, primero porque es totalmente ajeno a la cultura “occidental” moderna, aún para los judíos de la actualidad es algo lejano, porque no hay continuidad de «sacrificios» hace cerca de 2,000 años.
Voy a comenzar por dejar en claro que la palabra correcta es “Qorbanot” y no «Sacrificios», debido a la connotación de la raíz hebrea de donde se forma la palabra Qorban [קרבן].
Qorban proviene de “qarév | cerca” pues precisamente el Qorban fue siempre un acercamiento y nunca ha sido el fin sino un medio cuyo fin ha sido lograr un acercamiento a uno mismo y a D’os. Un Qorban nunca fue un medio para satisfacer a D’os o para lograr canjear su perdón o misericordia, sino que era un paso en la secuencia de procedimientos pedagógicos externos del proceso de Teshuvá o Retorno [arrepentimiento]. De modo que el objetivo de una persona que incurrió en “pecado” no era ofrecer sacrificios sino “retornar” al punto donde se desvió, y seguir por el camino correcto.
El Qorban forma parte de los elementos externos del proceso, por eso mismo no era esencial; no por ello se podía prescindir de hacerlo, aunque en casos en los que la imposibilidad no era voluntaria el procedimiento seguía/sigue.
Cuando hablo de un “proceso” no se trata de una secuencia de pasos mecánicos a seguir para pretender comprar el perdón de D’os (jás vejalilá), para nada, dejo eso en claro por si alguien quiere citar mi mensaje, lo haga teniendo en cuenta esta aclaración.
El Qorban jamás funcionó como el recurso salvífico para el transgresor, ya sea empedernido ó involuntario; de hecho, el Qorban si acaso fuera alguna vez un recurso salvífico (nunca lo fue), jamás hubiera existido un pecador completamente involuntario, pues los seres humanos sí somos sobornables por nuestros propios impulsos y el intelecto secuestrado, es decir, el auto engaño.
Pero a la vez la palabra Qorban proviene de “qérav | batalla” y “qérev | dentro”. Pues el Qorban era la forma de exteriorizar lo que ocurre en un proceso de arrepentimiento, es decir, una lucha interior por determinar seguir lo correcto, por aceptarse culpable, por no sucumbir al dulce del auto engaño que funciona haciéndose preguntas cuya respuestas ya se conocen a fin de acallar la conciencia.
El Qorban no tenía un “poder mágico” de expiar pecados. Como dije, es un peldaño más en el camino ascendente de la restauración. Un Qorban no podía ser presentado si primero el “transgresor” no procuraba la paz con el agraviado y la restitución/indemnización equivalente de lo perjudicado.
El Qorban es un mandamiento de D’os para los hijos de Israel que está supeditado a la presencia del Templo en Jerusalén. Por ende, actualmente no se ofrecen Qorbanót [plural de qorbán], es decir, se prescinde de la parte exterior del proceso de Teshuvá [arrepentimiento], pero no por ello se pierde la esencia pedagógica del Qorban.
Hoy, los judíos recitamos el “sidur” que es precisamente el “órden” de las bendiciones para el transcurso del día y para días especiales, es decir, días solemnes. En el sidur constan las lecturas detalladas del las ofrendas correspondientes a cada hora del día y a cada ocasión específica; de esta manera la plegaria funge en lugar de los Qorbanot. Así fue establecido y enseñado por nuestros padres/profetas de Israel.
Lo primero, arrepentirse y actuar de modo tal que se rectifique lo dañado y se indemnice si alguien fue afectado por el mal proceder, pues eso es imprescindible.
Miqueas 6:6 “¿Con qué me presentaré al Eterno y me postraré ante el Juez Supremo? ¿Me presentaré ante Él con Holocaustos, con becerros de un año? 7 ¿Aceptará el Eterno millares de carneros o miles de arroyos de aceite? ¿Daré mi primogénito por mi rebelión, el fruto de mi vientre por el pecado de mi alma?
8 ¡Oh hombre, Él te ha declarado lo que es bueno!, ¿Qué requiere de ti el Eterno?, Solamente hacer justicia, amar misericordia y caminar humildemente con tu D’os”.
Además, como decía, la plegaria funge en lugar de los Qorbanot:
Oseas 14:3 “Tomen con ustedes estas palabras y vuelvan al Eterno. DíganLe: Quita toda la iniquidad y acéptanos con benevolencia; en lugar de vacunos te ofrecemos (el fruto de) nuestros labios”.
Por: Gadiel Lifman