El presidente tunecino, Kais Saied, mantuvo una reunión con el Gran Rabino Haim Bitan tras el reciente ataque terrorista en la sinagoga de la isla de Djerba que cobró cinco vidas.
Aseguramiento de la seguridad
En esta junta, Saied se comprometió a garantizar la seguridad de los ciudadanos judíos y sus templos religiosos, según Reuters. La reunión se realizó una semana después del ataque a la sinagoga en el que murieron dos judíos, Aviel Hadad y Ben Hadad, y tres policías.
“Os proporcionaremos seguridad en vuestros templos. Vivid en paz y seguridad, y os proporcionaremos todas las condiciones de seguridad”, aseguró el presidente en una transmisión de la reunión.
El Rabino Bitan respondió a las garantías de Saied, indicando que el presidente aseguró que el reciente incidente no volvería a ocurrir.
Encuentro interreligioso
Al encuentro también asistieron el principal arzobispo cristiano y el muftí musulmán de Túnez. Saied destacó que recibir a los clérigos era un “mensaje histórico” de coexistencia y tolerancia en el país.
El ataque fue atribuido por Saied a “delincuentes” que buscaban perjudicar al sector turístico y no lo catalogó como un acto de terrorismo.
Además, el presidente tunecino aseguró durante el fin de semana que el ataque no fue antisemita y criticó a aquellos que catalogaron el incidente de esta manera.
Djerba y su historia judía
Djerba es reconocida por albergar a una de las últimas comunidades judías del mundo árabe, y se estima que la sinagoga atacada data del siglo VI antes de Cristo.
La sinagoga solía ser un lugar popular para la peregrinación anual de Lag Ba’Omer, atrayendo a miles de personas en el pasado. Sin embargo, las preocupaciones de seguridad han reducido el número de peregrinos. En 2013, solo 1,000 peregrinos visitaron la sinagoga.
El ataque a la sinagoga de Djerba pone de manifiesto las tensiones y desafíos a los que se enfrentan las comunidades minoritarias en Túnez y otras partes del mundo árabe.