El Ministerio de Cultura ordenó a los municipios periféricos que pusieran fin a un programa de 2021 que fomentaba la celebración de actividades públicas en Shabat.
Como parte del proyecto Shabat israelí de Chili Tropper, los museos y lugares de interés patrimonial de las comunidades periféricas permanecían abiertos hasta tarde los viernes y sábados y ofrecían programas gratuitos o con grandes descuentos a los habitantes. La iniciativa se llevó a cabo los viernes y sábados, y los gobiernos locales decidieron si observaban o no el Sabbat en función de la observancia religiosa de sus electores.
Sin embargo, el Ministerio de Cultura envió la semana pasada un aviso a los coordinadores culturales de las ciudades periféricas en el que les indicaba que no organizaran este tipo de actividades desde las 17.00 horas de los viernes hasta una hora después del anochecer de los sábados, según informó el domingo el diario Haaretz.
Un funcionario municipal dijo a Haaretz que la iniciativa de Tropper había sido inmensamente popular debido a su carácter sustancialmente financiado, por lo que la decisión sorprendió a algunas comunidades en las que la mayoría de los ciudadanos son laicos.
Otro funcionario local comentó: “Si quieren hacer accesible la cultura a los ciudadanos de la periferia, es una pena que opten por hacerlo por decreto y no mediante una cooperación basada en la [composición religiosa] de cada pueblo”.
La decisión fue aparentemente confirmada por el nuevo ministro de Cultura, Miki Zohar, que tuiteó el domingo que no toleraría la discriminación contra los israelíes observantes del sábado durante todo su mandato.
Por lo que ha indicado Zohar, el plan de Tropper va en contra de la norma actual de no celebrar la mayoría de las actividades públicas en sábado. Pero los detractores discrepan de la lectura que hace Zohar del statu quo actual, argumentando que las localidades laicas deberían estar autorizadas a organizar festividades en Shabat siempre que no ofendan la sensibilidad de los israelíes religiosos de otras zonas.
El ministro anunció que había ordenado una revisión de todas las iniciativas puestas en marcha bajo el mandato de su predecesor, incluido el programa israelí del Shabat.
Sin embargo, dejó claro que las organizaciones privadas podrían seguir celebrando actos en sábado y que los museos que recibieran financiación de fuentes distintas al Ministerio de Cultura podrían permanecer abiertos los sábados.
Como respuesta, Tropper expresó “motivos de preocupación” por la decisión de Zohar, argumentando que su proyecto “permite a cualquiera y a todos disfrutar de actos culturales y conectar con su patrimonio sin restricciones financieras y cada uno según su fe”. También mencionó que se creó un fondo separado para que los israelíes religiosos pudieran asistir a los actos del sábado sin romper el Sabbat.
Desde que se unió al partido Unidad Nacional, Tropper se ha convertido en diputado de la oposición.
Por otra parte, la medida de Zohar fue aplaudida por varios miembros de la coalición.
Para demostrar “que mientras él vigile, los observadores del Sabbat no serán discriminados”, Yitzhak Goldknopf, presidente de Judaísmo Unido de la Torá, emitió una declaración alabando la decisión “ética” de Zohar.