El rabino Elliot Cosgrove, una figura influyente del judaísmo neoyorquino, afirmó no sorprenderse por el respaldo de parte del electorado judío al antisionista Zohran Mamdani, al tiempo que instó a abrir “un nuevo capítulo” más amplio e inclusivo del sionismo dentro de la comunidad judía.
Cosgrove, líder de la Sinagoga Park Avenue y defensor firme del Estado de Israel, expuso su posición durante la asamblea bienal del Movimiento Sionista Americano, donde analizó las causas del distanciamiento entre los jóvenes judíos y el sionismo tradicional.
El rabino sostuvo que las políticas israelíes hacia los palestinos, la deriva derechista del gobierno y la falta de tolerancia ante la diversidad ideológica dentro del judaísmo estadounidense han provocado un creciente desencanto.
“Puede que sea constitucionalmente incapaz de abandonar Israel, pero otros lo han hecho y seguirán haciéndolo, antes del 7 de octubre y mucho más desde entonces. Hay un límite en el ejercicio de autoflagelación de apoyar a un Estado que ni te reconoce ni representa tus valores”, señaló.
Cosgrove recordó que, para los judíos formados tras el Holocausto, la defensa de Israel como cuestión de supervivencia resultaba evidente, mientras que los ataques árabes desplazaban cualquier preocupación por los derechos palestinos. A su juicio, los asentamientos y la ocupación de Judea y Samaria alteraron esa visión histórica.
“Para un judío estadounidense progresista, si el proyecto de Israel es proporcionar una patria y seguridad a una minoría judía históricamente vulnerable, ¿cómo puede el Estado no responder a las necesidades de la minoría vulnerable que hay entre él?”, planteó.
El rabino consideró comprensible que “el 30 por ciento de los judíos de Nueva York votara por Mamdani”, y añadió que para un sionista liberal decepcionado, “el antisionismo de Mamdani es una diferencia de grado, no de tipo”, aunque se definió como un crítico severo del político.
Cosgrove instó a la comunidad judía estadounidense a realizar un ejercicio de “heshbon ha-nefesh”, o examen interior, para replantear su relación con Israel y su identidad sionista. “El argumento de que es de algún modo traicionero criticar esto o que la política israelí simplemente no se sostiene, siempre que esa crítica provenga de un lugar de amor, lealtad e inversión en el bienestar del Estado de Israel”, afirmó.
Pidió además “un nuevo capítulo del sionismo estadounidense, impregnado de un sentido de nuestro pluralismo interno”, y rechazó “la táctica reduccionista y destructiva de etiquetar a personas con las que discrepamos como judíos autoodiadores o opresores colonialistas”.
Finalmente, apeló a la humildad de los judíos estadounidenses alejados de la realidad bélica de Oriente Medio y abogó por equilibrar la defensa de Israel con la compasión hacia el sufrimiento palestino. “Contra quienes están fuera de nuestra tienda, debemos mantener la línea. Para quienes buscan habitar en nuestra tienda, debemos ampliarla. Tenemos que hacer ambas cosas”, concluyó.
