Miles de personas se reúnen en el Muro Occidental (mal conocido como Muro de los Lamentos) en la ciudad vieja de Jerusalén para orar por la lluvia en un evento organizado por el Ministro de Agricultura Uri Ariel a la luz de una sequía en todo el país.
El servicio de oración en masa coincide con el final del décimo día de tevet, que marca entre otras tragedias, el comienzo del asedio babilónico en Jerusalén que condujo a la destrucción del Primer Templo.
Desde el invierno pasado, el Mar de Galilea ha recibido apenas el 10% de su entrada anual promedio, y en febrero había alcanzado su nivel más bajo en casi cien años.
Los meteorólogos israelíes predijeron a principios de diciembre que los próximos meses serían más secos que un invierno promedio, lo que prolongaría una ya preocupante sequía. A partir del último cálculo, el nivel del agua en el Mar de Galilea estaba a 703 pies (214 metros) bajo el nivel del mar, varios pies (un metro) por debajo del punto en el que los ecólogos predicen daños al ecosistema y la calidad del agua.