El rabino jefe del Reino Unido, Ephraim Mirvis, denuncia que las acusaciones de “genocidio” contra Israel son una “inversión moral” diseñada para “desgarrar la herida aún abierta del Holocausto” y constituyen un secuestro del término para cometer “la demonización definitiva del Estado judío”.
En un artículo de opinión para The Telegraph escrito días antes del Día Internacional de Conmemoración del Holocausto, Mirvis afirma que la acusación “se despliega no solo para erradicar cualquier noción de que Israel tiene la responsabilidad de proteger a sus ciudadanos, sino también para desgarrar la herida aún abierta del Holocausto, sabiendo que infligirá más dolor que cualquier otra acusación. Es una inversión moral, que socava la memoria de los peores crímenes de la historia de la humanidad”.
Y añade: “Debería ser obvio que si los objetivos de Israel fueran genocidas, podría haber utilizado su fuerza militar para arrasar Gaza en cuestión de días”.
“En lugar de ello, está poniendo en peligro la vida de sus propios soldados en sus operaciones terrestres, asegurando los corredores humanitarios y avisando con antelación a los civiles de sus operaciones, incluso en detrimento de sus objetivos militares”.