Cuando el rabino Jonatan Markovitch recibió una llamada telefónica de Ruslan, un miembro de su comunidad, no tenía ni idea de la situación al otro lado de la línea. Ruslan vivía en Kiev desde hacía 30 años y conocía muy bien al rabino Markovitch, emisario de Jabad en la ciudad y rabino jefe de Kiev.
Aunque ya no es un joven, Ruslan quería unirse a la guerra para traer paz y tranquilidad al pueblo de Ucrania. El verano pasado se alistó en el ejército y fue enviado a luchar a varios lugares. “Estuve en Chernigov tras la huida de los rusos, y limpié la zona de las minas y bombas que dejaron”, cuenta Ruslan.
“El invierno pasado me enviaron a la región de Donbás para luchar en primera línea. Tras un tremendo esfuerzo en combate cuerpo a cuerpo contra el ejército ruso, conseguimos liberar algunas zonas de manos del enemigo”.
Las zonas liberadas contenían minas y explosivos, y los soldados tuvieron que jugarse la vida para limpiarlas. “Como conozco la zona con los ojos cerrados, me eligieron para dirigir a los soldados y les ayudé a limpiar la zona”, dijo Ruslan. “Los misiles, las minas y el hecho de que estas zonas sean boscosas hicieron que la operación fuera extremadamente peligrosa. Muchos de mis amigos fueron evacuados con heridas graves”.
Al cabo de unos meses, Ruslan perdió una pierna a causa de una mina terrestre. Otros soldados se apresuraron a evacuarlo para que recibiera atención hospitalaria. Ruslan fue rescatado y trasladado al hospital, donde sufre graves heridas en la cabeza y la espalda.
Cuando el rabino Markovitch fue a visitarle por primera vez al hospital y vio a Ruslan sin pierna, le ayudó a repasar el Hagomel, la tradicional oración judía de agradecimiento a Dios por haber sobrevivido a una situación de riesgo vital.
“Fue un momento emocionante”, comentó el rabino Markowitz. “Ruslan es un judío heroico que dio su vida para proteger a su patria, a su familia y a sus hermanos. Se puso los tefilin, los pergaminos que tradicionalmente llevan los hombres judíos durante la oración, y dio gracias a Dios por haber podido volver con su familia y permitirle sobrevivir”.
El centro comunitario Jabad de Kiev está en contacto con muchos soldados que sirven en el frente de la guerra, dándoles apoyo moral y ocupándose de sus necesidades, y también de sus necesidades espirituales. Cada víspera de fiesta, los soldados reciben entregas de comida kosher, tefilín, libros de oraciones y cualquier otra necesidad judía.