El rabino David Stav, presidente de la Organización Rabínica Tzohar y rabino de Shoham, pide al partido Sionismo Religioso que reconsidere su posición y se abstenga de apoyar el proyecto de ley en su forma actual.
“Existe una enorme diversidad dentro del movimiento del sionismo religioso, e incluso dentro del partido hay voces discordantes”, declaró el rabino Stav a 103FM. “Quiero creer que en el último momento reaccionarán con sensatez. Votar a favor de la ley tal como está constituye una bofetada brutal para el público nacional religioso, que ha arriesgado su vida y ha sacrificado tanto en los últimos dos años, junto con muchos otros sectores”.
Añadió: “Esto constituye un insulto al público y también a la Torá y a los valores de la comunidad nacional religiosa, que considera que el estudio de la Torá y la observancia de las mitzvot van de la mano con la obligación de servir. En muchos sentidos, representa una bofetada para todas aquellas personas —y para los rabinos, incluidos dos de Tzohar— que entregaron su vida y cayeron durante la Guerra de las Espadas de Hierro. Nunca vieron contradicción entre el estudio de la Torá y el servicio en las Fuerzas de Defensa de Israel”.
El rabino Stav destacó que el apoyo a la ley crearía una profunda división educativa: “Un rabino que enseña a sus alumnos en una academia premilitar o en una yeshivá hesder a ingresar al ejército y luego respalda una ley como esta envía un mensaje educativo devastador a sus alumnos y a sus esposas, muchas de las cuales sirven en la reserva mientras gestionan su trabajo a tiempo completo y cuidan de sus familias. Sin duda, esto representa un duro golpe educativo y moral. Me cuesta creer que algo así ocurra. El público nacional religioso ha expresado con claridad su postura: una ley de este tipo no debe aprobarse. Además de ser moralmente problemática, ni siquiera propone un aumento real del alistamiento. Eso es lo que más me indigna”.
Señaló que “algunos rabinos han criticado la ley con dureza. Entre ellos se encuentran quienes se preocupan sobre todo por cuestiones políticas: el temor a la caída de un gobierno. Entiendo la inquietud, pero en este caso no resulta legítima. Nos referimos a valores fundamentales y al mensaje que transmitimos a nuestra comunidad. Algunos rabinos tampoco conocen los detalles del proyecto de ley; se dedican al estudio de la Torá y no atienden a los matices que usted y yo analizamos”.
“No creo que los rabinos deban atender cálculos políticos”, dijo. “Los rabinos deben hablar desde sus principios. Si esta ley presenta fallas, si constituye una profanación, entonces no pueden permanecer de brazos cruzados mientras otros enfrentan peligro. Si la ley resulta inaceptable, no me interesa ninguna justificación política. Los rabinos no pueden apoyarla”.