BUENOS AIRES, Argentina – El presidente argentino Alberto Fernández dijo el jueves que duda que un fiscal que murió dos días después de acusar a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner de encubrimiento en el atentado de 1994 contra un centro comunitario judío haya sido asesinado.
Pero también rechazó la explicación oficial del suicidio de Alberto Nisman, quien fue fiscal especial en el atentado de 1994 a la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), que dejó 85 muertos y 300 heridos.
Fernández dijo a Radio10 que “no hay ni una sola prueba” de que Nisman fue asesinado, como insiste su familia. También rechazó la afirmación de Nisman de que Kirchner lo encubrió, calificándola de “absurda”.
En el caso de Nisman, dijo que “la única persona perjudicada por el crimen fue Cristina”.
En 2015, el cuerpo de Nisman fue encontrado en su apartamento de Buenos Aires con una herida de bala en la cabeza, disparada a quemarropa por una pistola encontrada a su lado.
El momento y las circunstancias de su muerte fueron sospechosos: se produjo pocos días después de que acusara directamente a la entonces presidenta Kirchner y a algunos de sus principales colaboradores de encubrir la supuesta participación de Irán en el atentado.
“Dudo que alguien que estaba pasando por un momento eufórico pudiera suicidarse, no lo sé. Me permito dudar de ello”, dijo Fernández, cuyo vicepresidente es Kirchner, a Radio 10.
La entrevista se produjo un día después de que se publicara una miniserie de Netflix que incluye una entrevista en el 2017 en la que Fernández dice que “Hasta este mismo día, dudo que se haya suicidado”.
Nisman debía exponer su caso contra Kirchner ante el Congreso apenas dos días después de su muerte.
Kirchner, presidente de 2007 a 2015, está acusado de haber intentado encubrir la participación iraní en el atentado a cambio de lucrativos acuerdos comerciales con su gobierno.
En julio, Fernández testificó en el juicio de Kirchner sobre una entrevista que él dio en 2015 a un periódico criticándola por permitir que los sospechosos iraníes fueran interrogados en su país, en lugar de en Argentina.
Aunque fue jefe de gabinete bajo el esposo de Kirchner y predecesor en la presidencia, Néstor Kirchner, e inicialmente se mantuvo en el cargo bajo Cristina Kirchner, los dos se pelearon y Fernández se convirtió en una fuerte crítica de la entonces presidenta.
Desde entonces, los dos se han reconciliado y Fernández se hizo cargo de la presidencia en diciembre, convirtiendo a Kirchner en su vicepresidente.
La acusación de Nisman fue desestimada dos veces antes de que el juez Claudio Bonadio se hiciera cargo del caso en 2016, después de que Kirchner fuera reemplazado por Mauricio Macri como presidente.