#SOSCuba y #SOSMatanzas se convirtieron en tendencia en las redes sociales esta semana por la innegable crisis que vive Cuba, aunque el régimen de Miguel Díaz-Canel hace lo posible para que el grito de auxilio de los cubanos no se escuche fuera de la isla.
La tendencia comenzó esta semana cuando la provincia de Matanzas (al este de La Habana) se encontró al borde del colapso sanitario por un aumento incontrolable de los casos de covid-19, más de 1.300 por cada 100.000 habitantes, situación agravada por la escasez de medicamentos, alimentos y productos de higiene.
Algunas personas coordinaron espontáneamente una campaña #SOSMatanzas a través de Twitter, Facebook, Telegram y Whatsapp para recaudar dinero, medicamentos, alimentos y otros bienes y enviarlos a las zonas afectadas. Posteriormente, organizaciones de la sociedad civil, gobiernos y ciudadanos de Cuba, España, Inglaterra, Ecuador, Estados Unidos y otros países se sumaron a la iniciativa en solidaridad y exigieron un corredor humanitario en la emergencia sanitaria.
Además, los organizadores instalaron varios puntos de recogida de donaciones dentro de la isla, como el Centro Memorial Martin Luther King, la Tienda Subterránea, el Centro Cristiano de Reflexión y Diálogo o el Departamento de Economía de la Universidad de La Habana. Y ayer, el cantante argentino-venezolano Ricardo Montaner y los reggaetoneros puertorriqueños Ozuna y Rave Alejandro completaron la labor de dar visibilidad al colapso que vive Cuba.
En Cuba se da una paradoja: el país lidera la carrera de las vacunas contra la covida-19 en América Latina, pero los expertos en salud denuncian la negligencia del régimen y el mal estado del sistema sanitario. “La situación no hace más que empeorar cada día”, dijo a Infobae el neurocirujano Alexander Pupo, uno de los más destacados críticos del sistema sanitario de la isla. “Realmente está afectando la codicia en Cuba, junto con otras epidemias como la sarna y el hambre, lo cual es criminal”, dijo.
“Es un caos total. Aquí todo ha colapsado, el sistema de salud de todo el país está en colapso total”, añade el doctor Manuel Guerra, obstetra del Policlínico Buenaventura de Holguín, también conocido por sus frecuentes denuncias en las redes sociales.
Pico de casos.
Cuba, uno de los países que enfrentó con éxito la primera fase de la pandemia, vive ahora los embates de la segunda ola. El sábado, el país de 11 millones de habitantes registró el mayor número de casos confirmados de covid-19 y de muertes en un solo día: 6.750 casos de infección y 31 muertes, según informó el Ministerio de Salud (Minsap) por tercer día consecutivo.
El régimen castrista insiste en que la escasez de medicamentos, insumos y equipos necesarios para combatir el covid-19 se debe al endurecimiento de las sanciones de Estados Unidos, pero los expertos consultados atribuyen el resurgimiento de los casos al hacinamiento en los centros de aislamiento, a las colas cada vez más largas para conseguir productos básicos y a la precipitada apertura de la isla al turismo extranjero.
Cuba también está sumida en la peor crisis económica en más de dos décadas, con grandes déficits en su balanza de pagos y sin poder gestionar su deuda externa. En 2020, el PIB cayó un 11%, la peor caída desde 1993. En este escenario, el problema más agudo es la escasez de medicamentos. Expertos entrevistados por Infobae aseguran que la escasez de fármacos e insumos no tiene precedentes, incluso peor que durante la grave crisis que vivió el país tras el colapso de la Unión Soviética.
Se jactan de que Cuba es una ‘potencia médica’, lo cual es completamente falso”, dijo Guerra.
Según Pupo, la crisis comenzó mucho antes de la pandemia, pero la codicia “la agravó”. “La gente está desesperada”, dice. “No hay ni siquiera analgésicos para aliviar los dolores de cabeza”.
El régimen también atribuye la escasez de productos a un embargo estadounidense vigente desde 1962, agravado por 243 medidas promulgadas por la administración de Donald Trump. Pero expertos entrevistados aseguran que los problemas de salud se deben a que el gobierno de Migual Díaz-Canel ha decidido priorizar la inversión en el aparato represivo del Estado.
“Lo que se destina a las fuerzas represivas es mayor que lo que se destina a los medicamentos de producción nacional, nada importado, hay medicamentos fundamentales que se han producido en la industria farmacéutica local, y a eso no se destina nada”, dice Guerra.
Cuba clasifica 619 medicamentos como esenciales, de los cuales 359 son producidos por la empresa estatal de biotecnología BioCubaFarma.
“Hay diez patrullas por ambulancia, por lo que contabilizar los medicamentos es algo difícil”, resume Pupo.
Por su parte, la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS) señaló a la pandemia como la principal causa del problema de escasez de medicamentos en Cuba. “La mayor parte de las materias primas, piezas de repuesto y otros componentes necesarios para la producción de medicamentos provienen de la región asiática, que ha sido duramente golpeada por la pandemia del COVID-19. Esta situación ha provocado retrasos en la llegada de estas mercancías, tanto por problemas de cortes de producción en estos países como por las interrupciones en el transporte aéreo y marítimo”, dijo la organización a EFE.
El pasado viernes, Cuba autorizó el uso de emergencia de su vacuna antiviral Abdala, la primera en América Latina con una eficacia del 92,28% contra el riesgo de infección con síntomas del co-virus 19. En la isla, sin embargo, este logro también es sospechoso.
Tanto Guerra como Pupo se preguntan por qué el régimen ha invertido tanto en un costoso proceso de desarrollo de vacunas cuando faltan muchos recursos básicos. “¿Cómo se explica que tengamos vacunas pero no tengamos ni siquiera los medicamentos necesarios para tratar las infecciones de la piel?”. – se pregunta Guerra.
A pesar de destacar el calibre de los expertos del Centro Cubano de Ingeniería Genética y Biotecnología, que desarrolla las vacunas, los médicos sospechan que la eficacia real de las candidatas cubanas coincide con la informada por las autoridades, debido a la falta de independencia de la agencia reguladora y a los intereses de la propaganda gubernamental. “Proporcionaron los resultados el día antes de la votación de la ONU sobre el embargo”, dice Guerra. “Buscan la influencia política, aquí todo está politizado”, añade.
Mientras tanto, en la isla, el contagio avanza y el sistema sanitario se desmorona.