El presidente de Bolivia, Evo Morales, anunció su renuncia el domingo, tras tres semanas de protestas, a veces violentas, por su controvertida reelección, después de que el ejército y la policía retiraran su apoyo.
“Renuncio a mi cargo como presidente”, dijo Morales en un discurso televisado, poniendo el broche final a un día de rápidos acontecimientos en los que varios ministros y altos funcionarios renunciaron como apoyo al presidente con más años de servicio en América Latina.
“Estamos dejando a Bolivia con soberanía e independencia de Estado… con dignidad e identidad del pueblo boliviano”, manifestó el mandatario Morales al anunciar su dimisión desde Chimoré, en el departamento de Cochabamba.
Morales explica que decidió renunciar con el fin de que el excandidato Carlos Mesa y el opositor jefe del Comité Cívico de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, “no sigan persiguiendo a mis hermanos, dirigentes sindicales… para que no sigan quemando las casas” de funcionarios públicos, y para que dejen de “secuestrar y maltratar” a los familiares de los líderes indígenas.
“No es ninguna traición. La lucha sigue. Somos pueblo”, indicó el saliente jefe de Estado, subrayando el notable nivel de desarrollo alcanzado por el país durante su mandato. “Le digo a las juventudes: sean humanos con los más humildes”, añadió.
El vicepresidente también renuncia
Pronunciándose en torno a la renuncia del mandatario, Álvaro García Linera, vicepresidente de Bolivia, ha comunicado de la misma forma su dimisión.
“Me siento muy orgulloso de haber sido vicepresidente de un indígena, de un campesino. Y le seré siempre leal, estaré siempre a su lado, acompañándolo en las buenas y en las malas”, manifestó.
“No vamos a restablecer el orden constitucional en base a la sangre y al fuego”, indicó García Linera, que también ha renunciado a su cargo de presidente nato de la Asamblea Legislativa.
“El golpe de Estado se ha consumado”, aseveró el vicepresidente del mandato de Evo Morales.
Poco antes se había reportado que Evo Morales habría abandonado Bolivia rumbo a Argentina. De acuerdo con la Fuerza Aérea boliviana, fue solicitado un plan de vuelo para que el avión del presidente boliviano sobrevolara el espacio aéreo de ese país.
“Esto es un golpe de Estado”
Evo Morales había convocado a nuevas elecciones generales en Bolicia “para buscar la paz” y en concordancia con una sugerencia de la Organización de los Estados Americanos (OEA).
“Todo por la vida, todo por la patria, por la democracia y también por la justicia social”, manifestó este mandatario.
“Esto es conspirar contra la democracia, esto es un golpe de Estado”, condenó el jefe de Estado boliviano antes de que se comunicara su renuncia.
Morales, de 60 años, se convirtió en el primer presidente de la población indígena de Bolivia en 2006 y presidió un auge económico alimentado por los productos básicos en el país más pobre de Sudamérica. El ex líder de un sindicato de cocaleros, pavimentó carreteras, envió al espacio el primer satélite de Bolivia y frenó la inflación.
Pero muchos de los que alguna vez se entusiasmaron con su ascenso de cuento de hadas se han vuelto cautelosos ante su renuencia a dejar el poder.
Se postuló para un cuarto mandato después de negarse a acatar los resultados de un referéndum que mantuvo los límites del mandato del presidente. Pudo postularse porque el Tribunal Constitucional de Bolivia rechazó tales límites.
Después de la votación del 20 de octubre, Morales se declaró el ganador incluso antes de que los resultados oficiales indicaran que obtuvo el apoyo suficiente para evitar una segunda vuelta con Mesa. Un lapso de 24 horas en la publicación de los resultados avivó las sospechas de fraude electoral.
La OEA envió un equipo para realizar lo que denominó una auditoría vinculante de las elecciones. Sus recomendaciones preliminares incluían la celebración de nuevas elecciones con un nuevo órgano electoral.
«Conscientes del montón de irregularidades observadas, no es posible garantizar la integridad de las cifras y dar certeza de los resultados», dijo la OEA en un comunicado.
Sin embargo, Morales condenó que los grupos cívicos no han aceptado el diálogo propuesto por su Gobierno y, pese a que se anunciaron nuevos comicios y se garantizó varias de sus exigencias, “ahora lo rechazan todo” y piden su “renuncia”.
La presión sobre Morales aumentó de manera preocupante el sábado cuando la policía en guardia fuera del palacio presidencial de Bolivia abandonó sus puestos y la policía se retiró a sus cuarteles en al menos tres ciudades.
El domingo, el comandante de la policía, general Yuri Calderón, ordenó a los agentes que protestaban que volvieran a la calle y evitaran los ataques de matones leales al presidente. Y los militares de Bolivia dijeron que ordenaron operaciones para contrarrestar a los grupos armados que han atacado a los partidarios de la oposición.
Durante los disturbios desde las elecciones, los manifestantes han incendiado las sedes de las oficinas de los tribunales electorales locales y han establecido controles de carretera que paralizaron partes de Bolivia.