Según varios informes de los medios, citando fuentes, varias personas resultaron heridas el domingo por la noche cuando varios cohetes, supuestamente identificados como proyectiles de tipo katyusha de fabricación soviética, golpearon la llamada Zona Verde de Bagdad, un área densa con edificios gubernamentales, en particular, el adyacente territorio de la embajada de los Estados Unidos.
El grupo Kataib Hezbolá, milicias chiítas iraquíes dentro de las Fuerzas de Movilización Popular respaldadas por Irán, dio un ultimátum a las fuerzas estadounidenses estacionadas localmente para «alejarse» de Irak a las 5:00 pm hora local (1400 GMT), amenazando con el lanzamiento ataques a las instalaciones militares de los Estados Unidos en el país.
El sábado, la capital iraquí ya fue testigo de varios ataques con cohetes, incluso en la zona residencial de Al-Jadriya y la base militar de Balad que alberga a las fuerzas estadounidenses a unas 50 millas al norte de Bagdad.
La escalada se produce después de que un ataque con aviones no tripulados de Estados Unidos matara el viernes el Comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria de Irán, Qasem Soleimani, cerca del Aeropuerto Internacional de Bagdad. El presidente iraní, Hassan Rouhani, advirtió que Teherán se vengará de lo que considera un crimen atroz.
El bombardeo se produce horas después de que el parlamento de Irak expresó su apoyo para ordenar la retirada de las tropas de la coalición liderada por Estados Unidos del país y poner fin a la cooperación con la coalición internacional.
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, dijo que el asesinato de Soleimani fue preventivo, un movimiento defensivo para evitar la guerra, aunque luego afirmó que Washington identificó 52 objetivos iraníes adicionales contra los cuales las fuerzas estadounidenses están listas para atacar si Teherán decide tomar represalias.
La comunidad internacional ha pedido moderación y diálogo a raíz del aumento de las tensiones internacionales.