Al menos 14 presos han muerto por probables complicaciones de COVID-19 en brotes de la enfermedad apenas monitoreados en centros de detención egipcios, dijo Human Rights Watch el lunes.
“Al menos 14 prisioneros y detenidos han muerto, muy probablemente por complicaciones de COVID-19, en 10 centros de detención hasta el 15 de julio”, dijeron los grupos de derechos en un comunicado.
HRW basó su informe en testimonios de testigos, cartas filtradas de las cárceles e informes de grupos de derechos locales.
“Las prisiones no tenían suficiente atención médica y prácticamente no tenían acceso a pruebas para detectar el virus o a la detección de síntomas”, dijo.
La información sobre la situación sanitaria en las prisiones egipcias está estrictamente controlada por las autoridades.
HRW observó que Egipto había liberado a unos 13.000 presos desde febrero, pero que ello era “insuficiente para aliviar el hacinamiento en las cárceles y prisiones congestionadas”.
Instó a las autoridades a que garantizaran “una atención médica adecuada” y aceleraran la puesta en libertad de los reclusos.
“Las autoridades penitenciarias parecen no haber tomado medidas de rastreo de contactos y han hecho poco para aislar a los prisioneros que muestran síntomas”, dijo HRW.
Los guardias de al menos tres prisiones se han negado a permitir que los reclusos se provean o usen máscaras, añadió.
El Ministerio del Interior de Egipto ha prohibido las visitas a la prisión de los familiares de los reclusos desde principios de marzo.