Tres combatientes y un civil murieron el sábado en nuevos enfrentamientos en un “campo de refugiados palestinos” del sur de Líbano, informó AFP citando a medios oficiales libaneses.
Los nuevos enfrentamientos estallaron a última hora del jueves en el campo de refugiados de Ain Al-Hilweh, a las afueras de la ciudad costera de Sidón, pocas semanas después de que la violencia mortífera enfrentara a miembros del movimiento Fatah del presidente de la Autoridad Palestina (AP), Mahmud Abbas, con militantes islamistas.
En los enfrentamientos del sábado en el interior del campo murieron “dos personas de Fatah” y un islamista, mientras que “un civil murió por una bala perdida” fuera del campo, según la Agencia Nacional de Noticias libanesa, que informó de decenas de heridos.
El primer ministro Najib Mikati reprendió a Abbas por la violencia, diciéndole, según un comunicado de su oficina, que “lo que está ocurriendo no sirve en absoluto a la causa palestina y es una grave ofensa al Estado libanés” y a la ciudad de Sidón.
Mikati hizo hincapié en “la prioridad de poner fin a las operaciones militares y cooperar con las fuerzas de seguridad libanesas para hacer frente a las tensiones”, según el comunicado en X, antes Twitter.
Los fuertes enfrentamientos estallaron el sábado por la mañana, después de que la calma hubiera prevalecido en gran medida durante la noche, dijo un corresponsal de AFP en Sidón, informando del sonido de armas automáticas y pesadas.
Ain Al-Hilweh es famosa por su anarquía y la violencia no es infrecuente. Según la ONU, en el campo viven unas 55.000 personas.
Miles de árabes palestinos que buscaban refugio de la guerra civil siria también se han unido al campo en los últimos años.
La violencia más reciente en Ain Al-Hilweh, que comenzó a finales de julio, dejó unos 12 muertos y decenas de heridos. La violencia provocó que la UNRWA, la agencia de la ONU para los “refugiados palestinos”, suspendiera todos sus servicios en el campamento.
Los residentes libaneses registrados como “refugiados palestinos” y sus descendientes nacidos en ese país residen en barrios residenciales conocidos como “campos de refugiados”, tienen limitadas opciones laborales y se les niega la ciudadanía.
Líbano se niega a naturalizar a los “refugiados palestinos” y ha insistido en la necesidad de trabajar para que regresen a su país de origen, que según los árabes palestinos es Israel.