Una coalición de grupos de derechos humanos dijo el lunes que la “represión” y la “intimidación” amenazan la libertad de expresión en el Líbano, golpeado por un colapso económico y meses de protestas airadas.
Desde que estallaron las manifestaciones masivas en octubre exigiendo la eliminación total de una clase dirigente considerada inepta y corrupta, las autoridades han tomado medidas enérgicas contra los manifestantes, dijo la alianza en un comunicado.
“En lugar de atender los llamamientos de los manifestantes para que se rindan cuentas, las autoridades están llevando a cabo una campaña de represión contra las personas que exponen la corrupción y critican con razón las importantes deficiencias del gobierno”, dijo.
La alianza incluye a los organismos de control internacionales Amnistía Internacional y Human Rights Watch, junto con grupos locales como la Fundación Samir Kassir.
Advirtió que “poderosas figuras políticas y religiosas han utilizado cada vez más las leyes penales de insultos y difamación del país como herramienta de represalia y represión contra los críticos”.
En la declaración se instaba a los fiscales y a los organismos de seguridad “a que se abstuvieran de convocar a las personas a las investigaciones por ejercer su derecho a la libertad de expresión”.
Aya Majzoub, investigadora del Líbano en HRW, dijo que el grupo había documentado “más de 60 personas llamadas a interrogatorio por cosas que escribieron en los medios de comunicación social” desde que comenzaron las protestas el 17 de octubre.
Citó la decisión de un fiscal de investigar los puestos de los medios sociales que se consideraban insultantes para el presidente, así como el hecho de que oficiales de inteligencia del ejército impidieran a los reporteros filmar en las calles de Beirut la semana pasada.
“Todo esto está creando un clima de intimidación en el Líbano donde la gente ya no se siente segura de decir lo que piensa”, dijo.
El Líbano, cargado de deudas, se encuentra en la peor crisis económica desde la guerra civil de 1975-1990, y casi la mitad de su población vive ahora en la pobreza.
Los bancos han restringido severamente la retirada del dólar y la libra libanesa se ha desplomado hasta alcanzar mínimos históricos en el mercado negro, lo que ha provocado un aumento de los precios y ha avivado la ira pública.
El nuevo coronavirus, que ha infectado a más de 2.300 personas y matado a 36 en Líbano, ha obligado a tomar medidas de cierre que han agravado aún más la crisis económica.
Las protestas de los últimos meses han sido más pequeñas y en gran parte pacíficas, pero algunas han desembocado en enfrentamientos entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad que disparan gases lacrimógenos y balas de goma.
Ayman Mhanna, director de la Fundación Samir Kassir, dijo que 21 periodistas fueron “agredidos físicamente de forma directa” mientras cubrían las manifestaciones.
“Trabajar sobre el terreno se ha convertido en una pesadilla”, dijo Doja Daoud, miembro del Sindicato de Medios Alternativos que se unió a la coalición.
“Las fuerzas de seguridad interrogan a los corresponsales y les preguntan sobre las razones de su cobertura”, añadió.