El secretario de Estado de Estados Unidos Mike Pompeo instó el martes a los líderes políticos libaneses a formar rápidamente un nuevo gobierno, tras la dimisión del primer ministro Saad Hariri a raíz de las protestas antigubernamentales.
“A la luz de la renuncia del primer ministro Hariri, Estados Unidos pide a los líderes políticos libaneses que faciliten urgentemente la formación de un nuevo gobierno que pueda construir un Líbano estable, próspero y seguro que responda a las necesidades de sus ciudadanos”, dijo Pompeo en una declaración.
“Las manifestaciones pacíficas y las expresiones de unidad nacional de los últimos 13 días han enviado un mensaje claro. El pueblo libanés quiere un gobierno eficiente y eficaz, una reforma económica y el fin de la corrupción endémica. Cualquier acto de violencia o provocación debe cesar, y pedimos al ejército y a los servicios de seguridad del Líbano que sigan garantizando los derechos y la seguridad de los manifestantes”, añadió.
Las protestas en el Líbano se iniciaron inicialmente en respuesta a lo que se ha dado en llamar el “Impuesto a WhatsApp”, en el que se habría cobrado una tasa diaria de 20 céntimos por los usuarios de aplicaciones de mensajería. Más tarde, el impuesto fue eliminado, pero las protestas han continuado y se han transformado en una movilización callejera intersectorial contra un sistema político que se considera corrupto y quebrado.
El crecimiento en el Líbano se ha desplomado tras los repetidos estancamientos políticos de los últimos años, agravados por el impacto de ocho años de guerra en la vecina Siria.
La guerra civil siria se ha extendido al Líbano principalmente debido a la participación de Hezbolá en los combates. Las fortalezas de Hezbolá han sido objeto de repetidos ataques con bombas por su participación en el conflicto sirio.
Políticamente, en febrero se formó un nuevo gobierno encabezado por Hariri, tras un estancamiento de nueve meses.
La semana pasada, Hariri presentó un paquete de reformas, que incluía la reducción de los salarios de los ministros, pero las manifestaciones continuaron, paralizando a Beirut y a otras ciudades importantes.
También la semana pasada, el presidente libanés Michel Aoun se ofreció a reunirse con los manifestantes, que rechazaron inmediatamente su oferta.