El domingo surgieron rumores de que las fuerzas armadas egipcias se dirigían a la frontera con Libia. Parecía que Egipto tenía que intervenir para ayudar a salvar un contratiempo, junto al Ejército Nacional Libio, apoyado por el país árabe y rechazado por el Gobierno del Acuerdo Nacional, al que Turquía le daba soporte en las afueras de Sirte.
Mientras que el LNA (Ejército Nacional de Libia) estuvo a punto de recuperar Trípoli hace meses, ahora los aviones teledirigidos, los barcos y la guerra electrónica turca, con miles de mercenarios sirios, lo han hecho retroceder. Su líder, Khalifa Haftar, fue a Egipto para reunirse con el jefe egipcio, Abdel Fatah al-Sisi, durante el fin de semana. Sisi dice que hay que impulsar un alto al fuego en Libia.
Los medios de comunicación, de Al-Ahram en Egipto y de Al-Ain en el Golfo, están presionando este alto al fuego. Pero El Cairo se muestra desconfiado como para enviar su ejército, a diferencia de Turquía, que estuvo dispuesto a hacerlo. Egipto tiene un ejército poderoso, pero está luchando en el Sinaí y no ha enviado tropas a un país extranjero en una operación importante durante décadas. No está claro cómo se comportarían las fuerzas egipcias en el desierto de Libia.
Aunque Egipto ha demostrado que estaba dispuesto a actuar en el pasado para hacer segura la frontera y luchar contra los extremistas en Libia. Hace años, el país informó que miles de terroristas estaban tratando de cruzar desde Libia. Haftar ha sido la respuesta egipcia a ese caos. Apoyado por los Emiratos Árabes Unidos, Rusia y otros, el líder del LNA se hizo cargo de la mayor parte de Libia en los últimos años. Pero Turquía desprecia el régimen egipcio y se concentró en Libia para asegurar los derechos energéticos. Ahora los drones turcos y la experiencia están ayudando a las fuerzas del GNA.
La gran batalla es para Sirte y un aeródromo en Jufra. Los combates rápidos le recuerdan a Libia la campaña del desierto de los años 40, cuando el general alemán Erwin Rommel se enfrentó a los británicos.
La batalla del balancín aún carece de claridad. Se combate con «vehículos técnicos» o camiones con ametralladoras montadas y aviones no tripulados. Haftar obtiene sus aviones teledirigidos de los Emiratos Árabes Unidos, que son de fabricación china. Turquía envía sus aviones teledirigidos, Bayraktar TB2, con misiles MAM al GNA. Los dos se enfrentan ahora en un duelo en los cielos de Libia. Irán puede haber enviado misiles anti-tanque. Turquía también ha suministrado su armamento. Los sistemas de defensa aérea rusos, llamados Pantsir, no han podido detener los drones turcos. Los rumores de mercenarios rusos y barcos turcos acechando en la costa, despiertan la atención de los medios de comunicación en Libia.
Pero no se sabe mucho sobre la retirada de Haftar de Trípoli o los tratos secretos detrás de esto. La embajada de los Estados Unidos en Libia, que no ha hecho mucho en el país desde que el embajador estadounidense, Chris Stevens, fue asesinado en 2012, de repente ha tuiteado sobre la necesidad de incluir a ambas partes en el conflicto. Francia y Berlín también están involucrados. Grecia quiere trabajar con Egipto.
Todo Medio Oriente contiene la respiración ahora, mientras los tanques de Egipto se sientan en sus camiones esperando ser descargados, para ver si este último está dispuesto a llevar su milicia y garantizar el alto al fuego que desea.