Un cargamento de tanques T-72 y APC de Egipto llegó a Libia el jueves 19 de diciembre para reforzar el Ejército Nacional Libio (LNA) del general Khalifa Haftar, que acababa de llegar a las afueras del sur de Trípoli. Este envío fue ordenado personalmente por el presidente egipcio Abdel-Fatteh El-Sisi, según revelan las fuentes militares y de inteligencia de DEBKAfile, junto con las instrucciones a varios escuadrones de la fuerza aérea egipcia para que estén preparados para apoyar el empuje de Haftar para tomar la capital del Gobierno de Acuerdo Nacional reconocido por la ONU.
El-Sisi tomó esas medidas en respuesta al plan del gobierno de Erdogan de enviar una fuerza voluntaria de la Hermandad Musulmana Turca (SADAT) para ayudar al GNA a resistir el empuje de Haftar a Trípoli. SADAT consiste en ex-jihadistas de Al Qaeda e ISIS reclutados en Siria por la agencia de inteligencia turca MIT. Nuestras fuentes añaden que un número de activistas de Hamás acogidos en Turquía se han entrenado con estas unidades.
Fue en referencia a esta intervención turca en la batalla de Trípoli que El-Sisi declaró esta semana: “El gobierno libio ha sido tomado como rehén por las milicias terroristas en la capital, Trípoli”.
Esta semana, la Hermandad Musulmana Libia convenció al gobierno de Trípoli de que solicitara formalmente a Ankara asistencia militar para repeler el avance de Haftar.
La ayuda militar turca al GNA hasta ahora consiste en 3.000 “asesores” del ejército y un suministro constante de sistemas de armas, incluyendo cohetes antitanque y aviones no tripulados.
El ejército de Haftar tiene el sólido respaldo de Egipto, los Emiratos Árabes Unidos y Rusia. Los egipcios proporcionan inteligencia, armas y municiones; los rusos han desplegado miles de mercenarios, la mayoría de los cuales provienen de los contratistas del Grupo Wagner, algunos transferidos de Siria a Libia; y los Emiratos Árabes Unidos han suministrado recientemente a la fuerza de Haftar un pequeño escuadrón de seis aviones ISR Arcángel de fabricación estadounidense. Estos aviones suelen proporcionar a las fuerzas policiales en tierra vigilancia y fuego de apoyo. El ejército Haftar los ha convertido en bombarderos.
Si Turquía sigue adelante con su plan de desplegar voluntarios de la Hermandad Musulmana en Libia, la fuerza aérea egipcia entrará en acción para un enfrentamiento contra la intervención turca.