Un comandante de Al-Qaeda fue arrestado en Yemen el sábado mientras planeaba un ataque terrorista en la capital Sana’a, según la Agencia de Noticias Tasnim.
El funcionario yemení informó que el terrorista venía de la provincia central de Ma’rib para llevar a cabo una operación terrorista en la capital.
General de Brigada. Abdul Khaleq al-Ajri, portavoz del Ministerio del Interior del Yemen, mencionó que el comandante de Al-Qaeda detenido había dirigido las fuerzas terroristas en la zona de Qaifa de la provincia central de Al-Bayda, donde se vieron obligados a huir tras sufrir una derrota de las fuerzas yemeníes.
Además, el ejército yemení también está luchando en el frente saudita, desde que Arabia Saudita invadió el Yemen en marzo del 2015.
Si bien el bloqueo impuesto al Yemen empobreció enormemente al país, la guerra en curso ya ha matado a decenas de miles de yemeníes, ha causado inmensos daños en la infraestructura del país, destruyendo hospitales, escuelas y fábricas, y ha llevado al país al borde de la hambruna.
El sistema de salud de Yemen ya está al borde del colapso, sigue pasando por la ayuda. El cólera, el paludismo y el dengue abundaban entre una población desnutrida incluso antes del brote de coronavirus.
La guerra ha proporcionado una oportunidad a los grupos terroristas de la región como el ISIS y Al-Qaeda para asegurarse una posición en Yemen.
Según el Centro de Información de Seguridad del Ministerio del Interior del Yemen, el ISIS y al-Qaeda han llevado a cabo más de 320 ataques en la provincia de al-Bayda en los últimos cinco años. En consecuencia, el ejército yemení decidió limpiar de terroristas más de mil kilómetros cuadrados de al-Bayda, una operación en la que más de 250 miembros de ISIS y al-Qaeda han sido asesinados o heridos.
Yemen ha sido devastado durante más de cinco años por una guerra civil que enfrenta al movimiento hutí, alineado con Irán, que controla gran parte del país, y a una coalición liderada por Arabia Saudita que apoya al gobierno internacionalmente reconocido con sede en el sur.
Decenas de miles de personas han muerto, muchas de ellas civiles, y la consiguiente crisis humanitaria ha sido calificada como la peor del mundo.