El pueblo libio ha soportado años de conflicto y división y está ansioso por un futuro más brillante y seguro. Mi pueblo no ha conocido más que el conflicto, la violencia y la falta de autodeterminación durante más de una década, pero, a pesar de las luchas a las que nos hemos enfrentado, los libios siguen teniendo esperanza en el futuro. No nos resignamos a que gobiernos extranjeros elijan a nuestros dirigentes, y ya no aceptaremos a quienes presionan para que haya divisiones. En diciembre, cuando celebremos nuestras primeras elecciones para elegir un parlamento y un presidente, avanzaremos para convertir a Libia en la próxima democracia del mundo. Ya es hora de que demos estos importantes pasos.
Durante mi vida, he visto a Libia pasar de ser uno de los países más ricos de África a uno de los más pobres. En su día tuvimos la calificación más alta en el Índice de Desarrollo Humano de África, pero nuestra calidad de vida ha descendido vertiginosamente. La falta de responsabilidad, la avaricia, la corrupción y los actores extranjeros malintencionados han formado un dominio sobre las ambiciones de Libia, pero no están grabadas en piedra.
Solo a través de la democracia podrá Libia superar estas fuerzas y prosperar de nuevo. Libia está llena de gente educada y motivada en una amplia gama de campos. Están dispuestas a ayudar al gobierno a poner en marcha las reformas que los libios llevan esperando mucho tiempo, pero para liberar su potencial, es vital celebrar elecciones libres, justas y transparentes.
No se equivoquen: la democracia en Libia no será fácil ni limpia. Tras una década de conflicto casi constante, debe haber tanto reconciliación como responsabilidad, o los agravios y el conflicto persistirán. Esto solo puede lograrse mediante el compromiso con todo el pueblo libio, especialmente con los jóvenes y las mujeres, que han estado excluidos durante demasiado tiempo. Es fundamental escuchar a estos grupos y aprender de ellos, para garantizar su participación en la construcción de lo que será su futuro.
Tras las elecciones, Libia debe estar unida. La división que ha paralizado a nuestro país debe terminar y el este y el oeste deben unirse con un propósito común: crear un futuro mejor para todos los libios. Esto incluye la unificación de nuestro sistema bancario y de todos los servicios gubernamentales. Los recursos del país no deben utilizarse para una élite. Y, desde luego, no deben utilizarse para fomentar el conflicto dentro de nuestro país. Una Libia unificada será más fuerte y más segura, atrayendo inversiones y convirtiéndose en un lugar en el que la gente hace su futuro.
Libia debe ofrecer oportunidades a todos. Nuestro país tiene la capacidad de aumentar el nivel de vida de toda su población, mediante el aumento de la renta per cápita, la recuperación del valor de la moneda nacional y el incremento de las oportunidades del sector privado. Centrarse en la inversión en gas natural y energías limpias, desarrollar nuestros valiosos puertos y mejorar otros tipos de infraestructuras, desde las carreteras hasta las redes de telecomunicaciones, será tanto un motor de crecimiento como una fuente de empleo, pero también será esencial para la transformación de la economía libia en los próximos años. Otro elemento clave de esta oportunidad será el fortalecimiento de los gobiernos locales y la descentralización del poder administrativo. Es absolutamente esencial que todos los libios estén capacitados para construir su propio futuro.
Una Libia más próspera dará lugar a una Libia más segura. Nuestro país necesita servicios de seguridad legítimos y respetados que protejan a todos los libios. Esto incluye asegurar nuestras fronteras con tecnología moderna. No podemos seguir permitiendo que fuerzas externas utilicen nuestro país para servir a sus propios fines estratégicos. La Comisión Militar Conjunta 5+5 de Libia, que está estudiando las formas de pacificar el país, ya ha iniciado una importante labor para mejorar nuestra situación de seguridad. Los conflictos que han persistido entre el este y el oeste de Libia deben resolverse. Hay que apoyar el trabajo de esta Comisión para restablecer la estabilidad y la unidad. Durante demasiado tiempo, la moneda y el sistema bancario de nuestra nación han sido manipulados por delincuentes para beneficiar a unos pocos y financiar a las milicias que están decididas a desestabilizar el país. Esto debe terminar. Necesitamos una economía autosuficiente y de libre mercado liberada de las élites interesadas.
La nueva Libia también debe ser acogedora y abierta a los extranjeros. Recientemente, se han producido ataques a inmigrantes en nuestro país que han conmocionado al mundo. Esto no puede continuar. Esta violencia no debe ser tolerada. Por el contrario, debemos acoger a los inmigrantes que puedan contribuir a nuestra nueva democracia y tratarlos con respeto. Esto enviará una poderosa señal al mundo de que Libia avanza de forma positiva, pacífica y acogedora.
Por eso me presento a la presidencia: para ayudar a construir una Libia unificada, próspera y segura. Sé que habrá una enorme cantidad de trabajo por hacer. Pero estoy preparado. El pueblo libio también lo está. Y si la democracia se impone en diciembre, Libia volverá a florecer como una nación próspera y segura.
Fathi Bashagha es exministro del Interior del Gobierno de Acuerdo Nacional de Libia y ex empresario y piloto de la Fuerza Aérea Libia, el ministro Bashagha ha servido en la Cámara de Representantes de Libia y en la Comisión de Reconciliación Nacional.