Un reportero de The New York Times desde Kabul afirma que el número de muertos en el atentado de Afganistán asciende al menos a 40. Fahim Abed afirma que hay 120 heridos, la mayoría de ellos en estado crítico.
Las mortíferas explosiones en el aeropuerto de Kabul causaron “pánico total” entre los afganos que se habían agolpado en el exterior con la esperanza de huir a un lugar seguro, lejos de los nuevos gobernantes talibanes del país.
En las imágenes publicadas en las redes sociales se veían hombres heridos con ropas ensangrentadas que eran retirados del lugar en carretillas, mientras un niño se aferraba al brazo de un hombre con una herida en la cabeza.
“Los cuerpos, la carne y la gente fueron arrojados a un canal cercano”, dice Milad, que estaba en el lugar de la primera explosión, a la AFP.
“Cuando la gente escuchó la explosión hubo un pánico total. Los talibanes empezaron a disparar al aire para dispersar a la multitud que se encontraba en la puerta”, dice un segundo testigo.
“Vi a un hombre corriendo con un bebé herido en sus manos”.
En la confusión, dice que se le cayeron los documentos que esperaba que le ayudaran a embarcar en un vuelo con su mujer y sus tres hijos.
“Nunca más querré ir (al aeropuerto). Muerte a Estados Unidos, su evacuación y sus visados”.
El Pentágono dijo que una de las explosiones se produjo en la Puerta de la Abadía del aeropuerto de Kabul, y que al menos otra explosión afectó al cercano Hotel Baron.
Poco después, un fotógrafo de la AFP vio varios cadáveres que llegaban a un hospital de Kabul, y más de una docena de heridos.
Mujeres con la cara y la ropa manchadas de sangre lloraban mientras los heridos eran llevados a la clínica en camillas.
Otro testigo, Akram Lubega, de 26 años, que trabaja en una empresa de catering, dice que oyó la explosión y que no sabía lo que estaba pasando.
“Por supuesto que todos estamos asustados”, dice el ciudadano ugandés. “Todo el mundo está tenso y el ejército está tomando posiciones alrededor del aeropuerto”.