El primer ministro libio, Abdulhamid al-Dbeibah, se libró de un intento de asesinato el jueves, en medio de los conflictos entre facciones rivales por el control del gobierno.
El primer ministro resultó ileso en el incidente, informó Reuters, citando una fuente cercana al primer ministro que dijo que era un claro intento de asesinato.
Según la fuente no identificada, mientras regresaba a su casa a primera hora del jueves, se produjeron disparos hacia el vehículo de Dbeibah desde otro vehículo que consiguió huir del lugar.
El incidente ha sido remitido al fiscal general para su investigación.
De confirmarse, el fallido intento de asesinato agravaría aún más una nación profundamente dividida.
El martes, Dbeibah adoptó una postura desafiante contra los intentos de nombrar un nuevo gobierno interino, diciendo que no entregaría el poder.
“No permitiré un nuevo periodo de transición”, dijo. “El Gobierno de Unidad Nacional continuará hasta entregar el poder a una administración elegida”.
Advirtió que nombrar un nuevo primer ministro llevará al país de nuevo a la “división y el caos” tras casi dos años de relativa calma. Convocó protestas callejeras para denunciar el nombramiento de un nuevo gobierno de transición.
“No permitiremos que esta clase que ha sido dominante durante años monopolice la escena”, dijo, acusando a la clase política que controló Libia durante la última década de querer mantenerse en el poder.
La Cámara de Representantes tenía previsto reunirse el jueves para nombrar al exministro del Interior Fathi Bashaga o al ministro consejero Khalid al-Baibas como nuevo primer ministro, aunque no está claro si el intento de asesinato de Dbeibah pospondrá la decisión.
El esfuerzo por sustituir a Dbeibah se debe a que Libia no ha celebrado sus primeras elecciones presidenciales durante su mandato. Ha sido un duro golpe para los esfuerzos internacionales por poner fin a una década de caos en la nación mediterránea rica en petróleo.
Dbeibah, un poderoso empresario de Misrata, fue nombrado primer ministro en febrero del año pasado en el marco de un proceso político mediado por la ONU y respaldado por Occidente. La principal tarea de su gobierno era dirigir el país, profundamente dividido, hacia la reconciliación nacional y conducirlo hacia las elecciones.
El nombramiento de un nuevo primer ministro producirá probablemente dos administraciones paralelas. Esto aumenta la posibilidad de que se reanuden los combates en un país gobernado en gran medida por milicias sin ley y grupos armados con intereses contrapuestos.
Libia se encuentra en una situación de conflicto desde que el levantamiento respaldado por la OTAN derrocó y mató al veterano dictador Moammar Gadhafi en 2011. El país estuvo durante años dividido entre administraciones rivales en el este y el oeste, cada una de ellas apoyada por milicias y gobiernos extranjeros.