Las futuras sanciones de EE.UU. podrían tener como objetivo a los aliados de Hezbolá en el Líbano, extendiéndose más allá de los afiliados directos del grupo musulmán chiíta respaldado por Irán, dijo el jueves un enviado de Estados Unidos.
“En el futuro designaremos, porque tenemos que hacerlo, a personas en el Líbano que estén ayudando y financiando a Hezbolá, independientemente de su secta o religión”, dijo el nuevo secretario de Estado adjunto de Estados Unidos para Asuntos del Cercano Oriente, David Schenker, en una entrevista con la televisión LBCI del Líbano.
Cuando el entrevistador le preguntó si esto significa que las sanciones se dirigirán a los aliados de Hezbolá, Schenker dijo “absolutamente”, añadiendo que Estados Unidos está revisando constantemente sus listas de sanciones.
La propuesta de sancionar a los aliados de Hezbolá ha sido un tema delicado para el Líbano en el pasado.
En 2017, un borrador de una propuesta de sanciones estadounidenses más estrictas contra Hezbolá causó inquietud en el Líbano porque la redacción, vista por Reuters, implicaba que la legislación podría dirigirse al movimiento chiíta Amal del presidente del parlamento, Nabih Berri, para su investigación.
El presidente cristiano maronita del Líbano, Michel Aoun, es también un aliado político de Hezbolá.
El hecho de apuntar tanto a Amal como a Hezbolá y sus asociados, los dos partidos que representan a la población chiíta del Líbano, suponía el riesgo de marginar a una gran parte de la sociedad, según fuentes bancarias y políticas de la época.
La legislación que finalmente se promulgó no mencionaba la frase “Hezbolá, Amal u otras entidades asociadas”, tal como figuraba en el proyecto de sección sobre quién sería el centro de atención del reglamento.