Las tropas de Líbano lanzaron gas lacrimógeno el martes para dispersar a los partidarios de los grupos chiítas Hezbolá y Amal, que intentaron asaltar una plaza en Beirut en respuesta a un video que supuestamente ofendió a figuras chiítas, testigos y reportes de los medios de comunicación.
Cientos de jóvenes en motocicletas agitando sus banderas religiosas se reunieron en el centro de Beirut cantando “chiitas, chiitas” y prendiendo fuego a las llantas. Lanzaron piedras y fuegos artificiales contra las fuerzas de seguridad que se encontraban cerca, dijeron los testigos.
Ignorando los llamados a la moderación de los políticos, los jóvenes trataron de romper un cordón de seguridad para asaltar la plaza donde los manifestantes han levantado tiendas de campaña como parte de una protesta antigubernamental que se ha estado llevando a cabo durante semanas.
En las cercanías de la carretera principal que une las secciones este y oeste de la capital, decenas de jóvenes habían quemado neumáticos, destrozado edificios de oficinas e incendiado varios automóviles, con la cobertura en vivo de los canales de televisión locales.
Los manifestantes que acamparon en la plaza han sido blanco de grupos chiítas en el pasado, enfurecidos por cánticos contra sus líderes políticos, aunque la violencia del martes fue de naturaleza abiertamente sectaria.
El video, que inflamó las pasiones en un país donde las divisiones sectarias son profundas, fue supuestamente realizado por un sunita libanés expatriado de la ciudad norteña de Trípoli y publicado en los medios de comunicación social.
En la ciudad de Saida, en el sur del Líbano, predominantemente poblada por los sunitas, grupos de jóvenes enmascarados irrumpieron en una plaza principal donde instalaron en llamas varias tiendas de campaña instaladas por manifestantes que han acampado durante semanas, dijeron las estaciones de televisión locales.
El Líbano se ha visto afectado por una ola histórica de protestas desde el 17 de octubre que ha llevado a la dimisión de Saad Hariri como primer ministro, en medio de la cólera por el fracaso del gobierno en abordar la peor crisis económica del país desde la guerra civil de 1975-1990.
Más de siete semanas después de la renuncia de Hariri, los políticos no han podido ponerse de acuerdo sobre una nueva administración a pesar de la profundización de la crisis financiera.
El estancamiento dio un giro violento el fin de semana, cuando Beirut quedó nublada con gas lacrimógeno cuando las fuerzas de seguridad se enfrentaron con manifestantes que culpan a la élite gobernante por la corrupción y el mal gobierno. Docenas de personas resultaron heridas.