Los rebeldes hutíes de Yemen, un movimiento apoyado por Irán, afirmaron el sábado que llevaron a cabo un ataque contra un puesto militar saudí cerca de la frontera con Yemen, capturando personal militar y vehículos militares.
Un portavoz de los hutíes dijo en un comunicado que tres “brigadas militares enemigas habían caído” en el ataque cerca de la frontera con la sureña región saudita de Najran, lanzado hace 72 horas y apoyado por las “unidades de drones, misiles y defensa aérea” del grupo, informó Reuters el sábado. No hubo confirmación inmediata de Riad.
Un canal de televisión dirigido por los hutíes dijo que “miles de tropas enemigas”, incluyendo oficiales y soldados de Arabia Saudita, fueron capturados en el ataque.
Arabia Saudita ha estado en guerra con los rebeldes hutíes en Yemen desde principios de 2015, después de que sus operaciones condujeran a la expulsión del gobierno internacionalmente reconocido de Ali Abdullah Saleh en la capital, Sanaa. Los hutíes tienen el control de Sanaa y de la mayoría de los grandes centros urbanos de Yemen.
Los Hutíes reclamaron un ataque a principios de este mes contra la industria petrolera de Arabia Saudita, pero Teherán es ampliamente visto como el culpable. Los ataques con aviones no tripulados del 14 de septiembre contra dos plantas propiedad del gigante saudí Aramco, incluida la planta de procesamiento de petróleo crudo más grande del mundo, redujeron a la mitad la producción de petróleo de la compañía. EE.UU. señaló con el dedo a Irán y se comprometió a responsabilizarlo. El Secretario de Estado de los Estados Unidos, Mike Pompeo, calificó el asalto como un “ataque sin precedentes al suministro de energía del mundo”.
En los últimos meses, los Hutíes han perpetrado repetidos ataques transfronterizos con misiles y aviones no tripulados contra bases aéreas saudíes y otras instalaciones en lo que, según ellos, es una represalia por la campaña de bombardeos dirigida por Riad en zonas controladas por los rebeldes en Yemen.
La infraestructura energética de Arabia Saudita ha sido golpeada por los Hutíes muchas veces antes, pero este ataque fue de un orden diferente, deteniendo abruptamente 5.7 millones de barriles por día (bpd) o cerca del seis por ciento del suministro mundial de petróleo.
Después del ataque, Estados Unidos formó una coalición para asegurar las vías fluviales del Medio Oriente en medio de las amenazas de Irán, que ha negado su participación. Australia, Bahrein, Arabia Saudita y el Reino Unido ya se han unido a la misión.
El objetivo de la coalición es garantizar la seguridad de la región del Golfo Pérsico en su conjunto. Incluye la vigilancia del Estrecho de Ormuz, la estrecha desembocadura del Golfo Pérsico a través de la cual viaja una quinta parte del petróleo del mundo, y el Bab el-Mandeb, otro estrecho que conecta el Mar Rojo y el Golfo de Adén frente a Yemen y África Oriental. Se dispondrá de lanchas patrulleras más pequeñas y otras embarcaciones para una respuesta rápida. El plan también permite que las naciones escolten a sus propios barcos a través de la región.
El ataque se produjo en medio de un verano de crecientes tensiones entre Teherán y Washington por su acuerdo nuclear con las potencias mundiales.