Irak ha firmado un acuerdo que permite al gobierno libanés, con problemas de liquidez, pagar un millón de toneladas de combustible pesado al año en bienes y servicios, ayudando al Líbano a aliviar su aguda escasez de energía, según informaron ambas partes el sábado.
El Líbano está sumido en una crisis económica que amenaza su estabilidad. Prácticamente ha agotado sus reservas de divisas y se enfrenta a una creciente escasez de combustible, medicamentos y otros productos básicos. La mayoría de los libaneses sufren cortes de electricidad durante muchas horas al día.
El ministro provisional de Energía libanés, Raymond Ghajar, a su regreso a Beirut tras la firma del acuerdo, dijo que el combustible se utilizaría para la generación de electricidad y que era suficiente para cuatro meses. Dijo que su valor era de entre 300 y 400 millones de dólares.
El Ministerio de Petróleo de Irak dijo en un comunicado que suministraría al Líbano el excedente de combustible pesado de sus refinerías.
Líbano, que ha tenido problemas para satisfacer la demanda de electricidad en los mejores momentos, ha impuesto cortes de energía cada vez más largos en toda la nación a medida que los suministros de combustible se han agotado durante la crisis que estalló a finales de 2019.
Muchos libaneses dependen de generadores privados que utilizan diésel, que también escasea.
Los hospitales dijeron esta semana que sus generadores corrían el riesgo de quedarse sin combustible, poniendo en riesgo a los pacientes críticos.
El colapso del Líbano, que comenzó con una crisis financiera causada por la corrupción y la mala gestión del Estado, se está extendiendo rápidamente a todos los aspectos de la vida cotidiana.
La libra libanesa, que durante años estuvo vinculada al dólar estadounidense, ha perdido más del 90% de su valor en los últimos 18 meses.
En la mayoría de los lugares la electricidad apenas está disponible una hora al día, mientras que el combustible necesario para alimentar los generadores también escasea.
Los medicamentos básicos llevan meses sin aparecer en las farmacias y los hospitales privados advirtieron el jueves que estaban “a horas” de quedarse sin suministro eléctrico.