BAGDAD – Desde que asumió el cargo en mayo, el Primer Ministro iraquí Mustafa Kadhimi ha realizado una serie de cambios en los puestos de seguridad más importantes y sensibles para mejorar el desempeño de las instituciones de seguridad. Los movimientos han suscitado preocupaciones en varios bloques políticos que ven estos cambios como el fortalecimiento del poder de Kadhimi.
Entre los cambios más destacados se encuentra la reincorporación del Teniente General Abdul-Wahab al-Saadi -que había sido destituido en 2019 por el Primer Ministro Adel Abdul Mahdi- para dirigir el organismo de lucha contra el terrorismo. Kadhimi también nombró al ex ministro del Interior Qasim al-Araji asesor de seguridad nacional, en sustitución del jefe de las Unidades de Movilización Popular (PMU) Faleh al-Fayadh. Fayadh también fue reemplazado como jefe de la Agencia de Seguridad Nacional por el general Abdul-Ghani al-Asadi, antiguo comandante de la agencia antiterrorista.
Kadhimi nombró al general Arqan Watout como director del departamento de inteligencia que protege las instalaciones y figuras públicas. Asimismo, el ex Ministro de Defensa Khalid al-Obeidi fue nombrado jefe del centro de operaciones del Servicio Nacional de Inteligencia de Irak; el General de División Maan al-Saad fue nombrado comandante de la fuerza aérea, sucediendo al Teniente General Jabbar Kadhim; y el General de División Hamid al-Zuhairi fue puesto a cargo de la protección de las instalaciones públicas.
Una fuente cercana a Kadhimi dijo: “Kadhimi trata de salvar a las instituciones de seguridad de los conflictos políticos y partidistas y de desarrollar sus capacidades mediante el nombramiento de líderes competentes”.
Kadhimi tiene como objetivo el llamado “Estado profundo” que prácticamente ha controlado y gestionado los puestos clave del Estado desde 2006. Desde ese año, los sucesivos gobiernos han limitado la distribución de los puestos de seguridad y administrativos a los grandes bloques tradicionales, basándose en el sistema de cuotas. Ello se debe a que el Parlamento no ha resuelto la cuestión del nombramiento de los directores de los organismos nacionales. El artículo 61 de la Constitución iraquí estipula que el parlamento debe aprobar el nombramiento de embajadores y directores de organismos nacionales. Sin embargo, esto no se ha hecho debido a las agudas diferencias entre los partidos políticos. En consecuencia, los primeros ministros han nombrado a muchos de esos funcionarios con carácter supuestamente temporal.
Kadhimi, comentando las objeciones a los nombramientos mencionados, subrayó que estos cambios tienen una base legal. Dijo que el hecho de que las objeciones hayan cruzado tantas líneas partidistas demuestra que no tiene ningún interés particular en el partido. Informes árabes mencionan que los bloques chiítas cercanos al PMU están trabajando para reunir una mayoría parlamentaria para anular los nombramientos de seguridad de Kadhimi y llegar a un acuerdo integral que incluya los nombramientos para todos los puestos públicos. Katei Najman, miembro del parlamento por la alianza Fatah, dijo, “El parlamento invitará a Kadhimi a un debate sobre los recientes nombramientos de seguridad”, y añadió, “El comité de seguridad y defensa del parlamento no ha revisado estos nombramientos todavía y tiene algunas objeciones legales al respecto”.