La tasa de inflación anual de Turquía se disparó en mayo a su nivel más alto en 24 años, el 73,5%, impulsada por la guerra de Ucrania, el aumento de los precios de la energía y la caída de la lira, aunque la cifra fue ligeramente inferior a la que temían los economistas.
La inflación se ha disparado desde el pasado otoño, cuando la lira se desplomó después de que el banco central lanzara un ciclo de flexibilización de 500 puntos básicos que pretendía el presidente Recep Tayyip Erdogan.
La última cifra superó el 73,2% alcanzado en 2002 y es la más alta desde octubre de 1998, cuando la inflación anual era del 76,6% y Turquía luchaba por acabar con una década de inflación crónicamente alta. No obstante, la previsión de consenso era que la inflación anual subiera al 76,55%.
Los precios de consumo intermensuales subieron un 2,98%, según informó el viernes el Instituto Turco de Estadística (TUIK), frente a una previsión de Reuters del 4,8%.
Los costes del transporte y de los alimentos se han disparado un 108% y un 92%, respectivamente, en el último año, lo que refleja el agravamiento de la crisis económica para los turcos que luchan por permitirse productos básicos. El índice de precios al productor nacional subió un 8,76% intermensual en mayo, con una subida anual del 132,16%.
La lira se debilitó un 0,25%, hasta 16,5050, frente al dólar, alcanzando su valor más bajo desde diciembre. La moneda local se desplomó un 44% en 2021 y otro 20% este año.
¿UNOS DÍGITOS?
A pesar de la tasa anual más alta en las dos décadas de Erdogan en el poder, el ministro de Finanzas, Nureddin Nebati, dijo en Twitter que las lecturas mensuales de la inflación tienden a la baja, en una señal positiva.
Nebati ha dicho anteriormente que la inflación caerá a un solo dígito a tiempo para las elecciones del próximo año bajo un programa económico que da prioridad a los bajos tipos de interés, la producción y las exportaciones altas, y un superávit por cuenta corriente.
Sin embargo, el déficit comercial aumentó un 157% interanual en mayo, hasta los 10.700 millones de dólares, debido principalmente a las importaciones de energía. El banco central prevé una inflación de un solo dígito para finales de 2024.
Los economistas consideran que la inflación seguirá siendo alta durante el resto de 2022 y que terminará el año en un 63%, según una estimación media, frente al 52% de la encuesta del mes pasado.
“No es posible que Turquía, que ha sobrepasado las reglas de la doctrina económica, resuelva su problema clave de alta inflación con sus políticas actuales”, dijo la economista Arda Tunca, columnista de PolitikYol.
CREDIBILIDAD DE LOS DATOS
Legisladores de la oposición y economistas han cuestionado la fiabilidad de las cifras de la TUIK, afirmaciones que ésta ha rechazado. Las encuestas muestran que los turcos creen que la inflación es mucho más alta que los datos oficiales.
Por sorpresa, el TUIK dijo que dejaba de publicar los precios medios de los artículos individuales de la cesta de la inflación, que se habían recogido en una tabla mensual desde 2003.
El instituto dijo que publicará una tabla de índices que muestra los cambios en los grupos de artículos, como parte del cumplimiento de Eurostat.
“Establecer la estructura de TUIK independiente del gobierno es tan importante como la independencia del banco central”, dijo Mahfi Egilmez, otro economista con sede en Turquía, en Twitter. “La producción de datos precisos y fiables es el primer y principal requisito para aplicar políticas correctas”.