Walid Fayad, ministro de Energía y Agua de Líbano, declaró el viernes que el país empezaría a perforar en busca de gas en el Mediterráneo antes del verano. Sin embargo, a pesar de los aparentes altos ingresos de la industria, los expertos advierten que pasará algún tiempo antes de que las ganancias fortalezcan materialmente la vacilante economía libanesa.
La medida se tomó tres meses después de que Israel y Líbano llegaran a un acuerdo de demarcación de la frontera marítima tras más de diez años de negociaciones con mediación estadounidense. A pesar de no tener relaciones diplomáticas, Israel y Líbano están técnicamente en guerra.
Una de las tres peores crisis económicas de la historia moderna se está produciendo actualmente en Líbano, según una evaluación del Banco Mundial de 2022. Más de un tercio de la población está desempleada, la moneda del país ha perdido ya más del 95 % de su valor desde 2019 y Naciones Unidas calcula que cerca del 80 % de la población vive allí por debajo del umbral de la pobreza.
Uno de los muchos problemas del Líbano es la incapacidad de producir electricidad; la población del Líbano solo dispone de unas pocas horas de electricidad al día.
Por ello, aunque la perforación de pozos de gas natural podría aportar un rayo de optimismo a la maltrecha economía del país, aún queda mucho trabajo por hacer.
El gas natural tardará mucho tiempo en ayudar a Líbano en esta grave crisis económica.
Según Maroun Keyrouz, director para Oriente Medio y el Norte de África del Foro Económico Mundial, que habló con The Media Line, el proceso de llevar el gas al mercado puede llevar más de cinco años desde el momento en que se inicia la exploración. Además, añadió, “si el procedimiento es eficaz, lo que dista mucho de ser seguro dado el actual vacío de gobernanza en Líbano”.
Keyrouz prosiguió: “aún pasará algún tiempo antes de que el país empiece a obtener flujos de ingresos de sus posibles recursos de hidrocarburos”. En consecuencia, el gas natural tardará mucho tiempo en sacar a Líbano de su grave situación económica.
Según Maroun Keyrouz, director para Oriente Medio y el Norte de África del Foro Económico Mundial, que habló con The Media Line, el proceso de llevar el gas al mercado puede llevar más de cinco años desde el momento en que se comienza la exploración. Además, añadió, “si el procedimiento es eficaz, lo que dista mucho de ser seguro dado el actual vacío de gobernanza en Líbano”.
Keyrouz continuó, “por lo tanto, pasará algún tiempo antes de que el país empiece a recibir flujos de dinero de sus potenciales recursos de hidrocarburos”.
Keyrouz dijo, reiterando que se tardará varios años en alcanzar ese “pico” de producción por valor de 1.000-2.000 millones de dólares, “Esto ilustra el hecho de que [los ingresos del gas] pueden ser un factor de ayuda para sanear el sector exterior del país, pero es poco probable que sean por sí mismos suficientes para transformar las perspectivas del país”.
En consecuencia, opina que en los primeros años, el mercado interior, sobre todo en la producción de energía, tan necesaria, sería la aplicación más prometedora del gas.
El director ejecutivo de la Organización para la Sostenibilidad del Petróleo y la Energía (OPES – Líbano), Marwan Abdallah, declaró a The Media Line que el camino de Líbano para convertirse en un país exportador de petróleo y gas es aún largo.
Según Abdallah, Líbano se encuentra en una posición difícil en lo que respecta a las exportaciones debido a sus dos naciones adyacentes. Señaló que Líbano no tiene relaciones con Israel al sur, por lo que no cabe esperar una colaboración económica entre ambos. Por otro lado, Siria, al norte y al este, es un régimen sancionado, sobre todo en los sectores de infraestructuras y energía.
“Esto no nos deja otra opción que coordinarnos con Chipre, que ya mantiene una cooperación estratégica con Israel y otros miembros del Foro del Gas del Mediterráneo Oriental, o un plan de exportación en solitario, que puede resultar caro”, afirmó.
En opinión de Keyrouz, también es importante tener en cuenta las perspectivas del mercado mundial del petróleo y el gas dentro de cinco años, que es el tiempo previsto que tardará el gas libanés en entrar en el mercado. A la luz de la transición energética europea, aún no se sabe “si seguirá habiendo apetito por importar gas de lugares caros e inestables”, afirmó, citando un informe publicado esta semana en The Economist que sugería que la actual crisis energética podría haber acelerado la transición energética europea entre 5 y 10 años.
Según el especialista en economía política de Oriente Medio y Norte de África, Ahmed Alqarout, Líbano saldrá ganando a corto plazo con el inicio de la prospección de gas, ya que estimulará la economía y abrirá posibilidades de subcontratación y creación de empleo para la población local.
Según Alqarout, el desarrollo de una industria del gas en Líbano también ayudaría a restablecer cierta confianza en el sistema financiero de la nación. No obstante, señaló que “dada la profundidad de los problemas de Líbano, más dinero no siempre se traducirá en mejores resultados políticos o mejores condiciones de vida para los habitantes del país que luchan por sobrevivir”.
En teoría, según Keyrouz, los sistemas reguladores libaneses deben incluir protecciones contra el despilfarro y la corrupción. Pero en realidad, afirmó, hay principalmente dos problemas.
El primero es la incapacidad del Estado para gestionar eficazmente estos recursos. Puso dos ejemplos: “El Ministerio de Transporte no logró poner en funcionamiento una donación de autobuses de Francia para proporcionar cierto grado de cobertura de transporte público, y la flagrante mala gestión de los fondos del Fondo Nacional de Seguridad Social, que se invirtieron en su mayor parte en bonos del Estado libanés”.
Y añadió: “En segundo lugar”, “en Líbano, la corrupción no suele ser un problema causado por el sistema legal, sino por la práctica real. Basta con echar un vistazo a la explosión en la investigación del puerto de Beirut”. Se refería a la explosión ocurrida en el puerto de la ciudad en 2020, que causó la muerte de más de 200 personas y fue provocada por el almacenamiento ilegal de 2.750 toneladas de nitrato de amonio en ese lugar.
En la actualidad, TotalEnergies, de Francia, Eni, de Italia, y QatarEnergy, empresa estatal de Qatar, son las únicas empresas extranjeras con licencia para realizar prospecciones de gas en Líbano. Esta última tomó el relevo de la rusa Novatek, que abandonó la empresa conjunta el año pasado por “razones económicas y financieras” y “peligro político”.
Abdallah señaló que la industria del petróleo y el gas siempre es bastante arriesgada, y que las principales corporaciones energéticas tienen sus propias formas de funcionar en circunstancias de riesgo. Se refería al riesgo que corre la participación de empresas extranjeras en la prospección de gas libanesa. No será un caso nuevo para ellas, añadió sobre Líbano.
No obstante, lanzó una advertencia: “la volatilidad y la inestabilidad política interna pueden ser el principal contratiempo, ya que podrían aplazar los trabajos y hacer que Líbano sufra pérdidas económicas y financieras más adelante”.