Las autoridades libanesas liberaron el buque petrolero Jaguar S, que fue detenido en uno de sus puertos, junto con el combustible que transportaba, destinado al contrabando al régimen sirio, más de dos meses después de su incautación.
El canal libanés MTV acusó a las autoridades de colusión, ya que permitieron que el buque saliera del puerto de Zahrani después de que entrara en él sin permiso el 25 de septiembre de 2020, con el fin de pasar de contrabando gasolina al régimen de Assad a través de las aguas territoriales libanesas y eludir las sanciones de la Ley César.
MTV dijo en un reportaje televisivo que el barco salió del puerto con sus 4 millones de litros (2.750 toneladas) de gasolina, en lugar de “confiscar el combustible y distribuirlo a la gente”.
El canal aclaró que había obtenido información de que el régimen de Assad presionó para que el buque fuera liberado, señalando que se llegó a un acuerdo con la Aduana libanesa, lo que llevó a emitir una decisión para liberarlo, a pesar de que el buque violaba las leyes internacionales y locales.
MTV señaló que la botadura del buque con su carga tuvo lugar a pesar de la firma del Presidente de la República, Michel Aoun, y del ex Primer Ministro, Hassan Diab, en su incautación. El canal se refirió a las decisiones oficiales conformes con el derecho internacional que justifican la incautación del buque y otras cosas que entran ilegalmente en las aguas territoriales libanesas, en beneficio del ejército libanés…
MTV advirtió que la decisión de liberar el barco pone al estado libanés, que ya está sufriendo un deterioro de la situación económica y escasez de combustible, en el radar de la Ley César de los Estados Unidos.
El canal se preguntaba cómo se había tomado esa decisión, señalando que todo el mundo sabe que los documentos del buque son falsos y que su carga está destinada a pasar de contrabando, a través del Líbano, al régimen sirio, subrayando que toda esa información está corroborada por documentos y pruebas.
MTV concluyó su informe descubriendo información sobre un segundo buque, situado actualmente más allá de las aguas libanesas, que tiene la intención de pasar de contrabando petróleo y combustible al régimen sirio, sin ningún control ni supervisión.
El primer barco llegó el 25 de septiembre de 2020 a las aguas territoriales libanesas desde Grecia y no fue identificado. Más tarde se supo que el barco no llegó a petición de ninguna parte oficial ni de ninguna empresa privada, según lo que confirmó la Dirección General de Petróleo. En ese momento se emitió una declaración en la que se subrayaba que la importación de petróleo en beneficio de los establecimientos se basa en las licitaciones realizadas por un comité especializado y de acuerdo con las directrices establecidas.