BEIRUT – Los envíos de combustible iraní importados al Líbano por Hezbolá constituyen una violación de la soberanía del país, reiteró el lunes el primer ministro Najib Mikati.
El nuevo gobierno de Líbano, que fue respaldado por un voto de confianza parlamentario el lunes, ha dicho que no se solicitó su permiso para la importación de gasóleo iraní.
Hezbolá ha almacenado el gasóleo en tanques de la zona de Baalbek, propiedad de la empresa de combustible Al-Amana, que está sometida a sanciones estadounidenses desde febrero de 2020 por sus vínculos con el grupo respaldado por Irán.
Comenzó a traer camiones cisterna con combustible de Irán el jueves pasado, una medida que, según dice, aliviaría una crisis energética agobiante en el Líbano.
Un barco cisterna transportó el combustible a Siria y desde allí cruzó al Líbano. Tanto Siria como Irán están sometidos a sanciones por parte de Estados Unidos.
“La violación de la soberanía de Líbano me entristece”, dijo Mikati en una entrevista a la CNN, según informó su oficina en una publicación la semana pasada.
Añadió: “Pero no me preocupa que se puedan imponer sanciones” a Líbano “porque la operación se llevó a cabo sin la participación del gobierno libanés”.
A última hora del viernes, la emisora libanesa LBCI dijo que un nuevo grupo de camiones cisterna que transportaban combustible iraní entró en Líbano a través de la zona de Hermel, poblada principalmente por musulmanes chiíes de los que Hezbolá obtiene su apoyo.