PARÍS – El presidente francés Emmanuel Macron advirtió el viernes que el Líbano corre el riesgo de volver a una guerra civil si se le deja solo para hacer frente a la crisis que siguió a la mortal explosión del puerto de Beirut este mes.
Macron habló mientras se preparaba para dirigirse al Líbano el lunes en un nuevo intento de presionar a sus líderes para que emprendan una reforma radical tras la explosión de este mes que dejó 181 muertos.
“Si dejamos al Líbano en la región y si de alguna manera lo dejamos en manos de la depravación de las potencias regionales, será una guerra civil” así como “la derrota de lo que es la identidad misma del Líbano”, dijo.
París está impaciente por la falta de progresos en la formación de un nuevo gobierno que emprenda reformas tras la explosión, que se atribuyó a un almacén de nitrato de amonio dejado durante años en un depósito.
Muchos libaneses han culpado del desastre a una clase dirigente a la que acusan de estar sumida en el nepotismo, la corrupción y el abandono desde la guerra civil de 1975-1990.
Macron habló de las “limitaciones de un sistema confesional” en un país poblado por cristianos, musulmanes suníes y chiítas.
Pero dijo que a esto se añadía “lo que puede describirse ligeramente como intereses creados” y que esto había llevado a “una situación en la que apenas hay renovación [política] y en la que es casi imposible llevar a cabo reformas”.
Insistió en que Francia seguiría una política de “exigir sin interferir” y esperaba reformas como la aprobación de una ley anticorrupción y la reforma de los contratos públicos, el sector energético y el sistema bancario.
“Si no lo hacemos, la economía libanesa se derrumbará” y “la única víctima será el pueblo libanés… que no puede exiliarse”, advirtió.
Elogió la composición multiconfesional del Líbano diciendo que “es tal vez una de las últimas formas existentes” en el Oriente Medio de la “posible coexistencia pacífica de las religiones” y un sistema pluralista basado en “la educación y la cultura”.