Fue el primer incidente mortal de este tipo en meses en la Plaza Tahrir, que se convirtió en un símbolo de las protestas antigubernamentales durante los meses de disturbios masivos del año pasado.
Los manifestantes habían empezado a marchar desde Tahrir a la cercana Plaza Tayaran cantando sobre el empeoramiento de los cortes de electricidad durante una ola de calor que ha hecho que las temperaturas se eleven por encima de los 50 grados centígrados (122 grados Fahrenheit).
Las fuerzas de seguridad intentaron contener la marcha y dispararon gas lacrimógeno, según la policía, los médicos y los manifestantes. Los manifestantes arrojaron piedras y bombas de gasolina, informó una fuente de seguridad.
Dos manifestantes que estaban en la manifestación, y Ali Bayati, miembro del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Irak, afirmó que las fuerzas de seguridad habían disparado munición real para dispersar a la multitud.
El Primer Ministro Mustafa al-Kadhimi anunció en un discurso televisado más tarde el lunes que las protestas “son un derecho legítimo y las fuerzas de seguridad no tienen permiso para disparar ni siquiera una bala en dirección a los manifestantes”.
Añadió que había abierto una investigación y exigió resultados en un plazo de 72 horas.
El portavoz militar Yehia Rasool mencionó en un comunicado que las fuerzas de seguridad han recibido instrucciones estrictas de no usar la fuerza contra los manifestantes a menos que sea necesario.
Los médicos de dos hospitales de Bagdad indicaron que dos hombres habían sido golpeados en la cabeza y el cuello con botes de gas lacrimógeno y murieron a causa de sus heridas. Más de 26 manifestantes resultaron heridos y varios miembros de las fuerzas de seguridad sufrieron heridas leves, según la policía.
Las mayores protestas contra el gobierno en Irak en décadas estallaron el pasado mes de octubre y continuaron durante varios meses con cientos de miles de iraquíes que exigían trabajos, servicios y la eliminación de la élite gobernante, que según ellos era corrupta. Casi 500 personas fueron asesinadas.
Las protestas provocaron la dimisión del Primer Ministro Adel Abdul Mahdi, que fue sustituido en mayo por Kadhimi, un antiguo jefe de inteligencia.
En las últimas semanas se han reanudado las manifestaciones esporádicas en varias provincias iraquíes, la última de ellas por la falta de electricidad.
Los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes volvieron a estallar el lunes en Bagdad y en otras provincias.
Un manifestante llamado Hussein describió la muerte de un manifestante en los enfrentamientos nocturnos.
“Cuando Latif fue martirizado, solo sostenía la bandera. No dejó caer la bandera hasta que la policía le disparó”, manifestó.
“Era como cualquier otro joven en la Plaza Tahrir, exigiendo derechos para su familia, para el pueblo y para el futuro de sus hijos”.
El lunes por la noche, tres cohetes impactaron en la base militar iraquí de Taji, que alberga a las tropas de la coalición lideradas por Estados Unidos, pero no se informó de ninguna baja, declararon los militares en un comunicado.
No hubo una reivindicación inmediata de responsabilidad por el ataque.