Según los informes oficiales de los gobiernos de la región, en el Oriente Medio se han registrado más de 360.000 casos de coronavirus.
En la mañana del 8 de mayo, el número superó los 360.000, de los cuales más de 133.721 se produjeron en Turquía y 103.135 en Irán. Arabia Saudita, Israel y Qatar también registraron un gran número de casos, mientras que en algunos países, como Yemen, solo se notificaron 25 casos. El bajo número de casos notificados en algunos países y los conflictos civiles en la región hacen que el número de casos se subestime constantemente.
En el Oriente Medio se registraron unos 300.000 casos a fines de abril y 78.000 casos al 1º de abril. Esto demuestra que muchos países de la región han reducido la propagación del virus en las últimas semanas. Algunos países, como Jordania, han recurrido a un estricto bloqueo. Otros países, como los Emiratos Árabes Unidos, están a la cabeza del mundo en cuanto a pruebas per cápita.
Sin embargo, hay muchos enfoques diferentes en la región, e incluso países que han tratado de prepararse, como Turquía, se han visto gravemente afectados.
En muchos casos, los países del Oriente Medio tienen más casos que sus vecinos. En Pakistán, por ejemplo, una cuarta parte de los casos de Irán. En Grecia, solo hay 2.600 casos en comparación con Turquía.
En los Emiratos Árabes Unidos, continúan los vuelos de reparación para trabajadores extranjeros, mientras que en Arabia Saudita, la policía militar ayuda a imponer el cierre. Recientes informes de la BBC muestran que Mahan Air de Irán ayudó a propagar el virus por toda la región en febrero. Irán también ha maltratado a sus prisioneros, especialmente a los extranjeros que mantiene como rehenes durante la pandemia. Muchas prisiones en Irán han sido testigos de los disturbios. Los medios de comunicación de Ahram en Egipto informaron el jueves que se realizaron más de un millón de pruebas en el país. Ahora hay alrededor de 8.000 casos en Egipto. Tanto Egipto como Arabia Saudita han tratado de evitar que los periodistas informen que los casos en estos países pueden ser más graves que los que se informan oficialmente.
Mientras tanto, las organizaciones internacionales han fallado en su mayoría en ayudar a los pueblos de Yemen, Libia y Siria, donde parte del país no está controlado por los gobiernos reconocidos por la ONU. Esto ha dejado a millones de personas vulnerables y abandonadas en medio de la pandemia. La OMS, por ejemplo, ni siquiera informó a las autoridades locales del este de Siria cuando se descubrió que una persona había muerto a causa del virus. El número total de nuevos casos en la región fue de unos 7.000 por día.
Artículo con información de The Jerusalén Post