El Secretario General y líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, dejó el Líbano para ir a Irán, según se inform, y no está claro exactamente cuándo regresará al Líbano.
La fuente de confianza del periódico kuwaití Al-Jarida, incluso dijo que Nasrallah está destinado a permanecer en Teherán por tiempo indefinido.
Los servicios de inteligencia en el Líbano y los países vecinos, según se informa, han monitoreado extensas comunicaciones encriptadas entre el Cuerpo de Guardias Revolucionarios de Irán (CGRI) y Hezbolá con respecto a este movimiento sin precedentes.
El traslado a Irán se produce después del más reciente asesinato del científico nuclear iraní Mohsen Fakhrizadeh al este de Teherán.
Las tensiones han aumentado en la región mientras los funcionarios iraníes culpan a Israel y amenazan con vengarse. Sin embargo, el Líbano ha instado a la autocontención para evitar un deslizamiento hacia el “peor escenario”, según el Ministerio de Relaciones Exteriores del Líbano el lunes.
“Condenamos este atroz ataque y vemos que la respuesta a este crimen está en manos de los interesados en Irán”, dijo el jeque Naim Qassem en una entrevista con la televisión Al-Manar, asegurando a los ciudadanos libaneses que el Líbano no se verá afectado.
Sin embargo, después de que un miembro de Hezbolá fuera asesinado en un supuesto ataque aéreo israelí en Damasco en julio, el grupo terrorista Hezbolá amenazó con vengarse y las FDI han estado en alerta a lo largo de las fronteras con el Líbano y Siria desde entonces.
El periódico kuwaití informó en noviembre de que una fuente cercana al comandante del CGRI, Esmail Qaani, había declarado que Hezbolá había logrado “descubrir una operación planeada por Israel para asesinar a Nasrallah y a otros múltiples líderes de facciones pro iraníes en Siria, Irak, Judea y Samaria y la Franja de Gaza”.
Al-Jarida informó que Qaani se reunió con Nasrallah durante una visita a Beirut a mediados de noviembre.
Como las tensiones han sido altas en los últimos meses entre Hezbolá e Israel, Nasrallah ha declarado que los aliados de Irán en la región deben estar en un estado de alta preparación en caso de cualquier “locura americana o israelí” durante el resto del mandato del presidente de los Estados Unidos Donald Trump.