BEIRUT (AP) – El recién designado primer ministro de Líbano comenzó el sábado sus consultas con los bloques parlamentarios para discutir la forma del futuro gobierno.
Hassan Diab, profesor universitario y ex ministro de Educación, tendrá que sacar a Líbano de su peor crisis económica y financiera en décadas. También asumirá el cargo en el marco de las continuas protestas nacionales contra la élite gobernante del país.
Las consultas comenzaron un día después de que se produjeran escaramuzas en Beirut y otras zonas entre los partidarios del primer ministro saliente, Saad Hariri, y las tropas y policías antidisturbios libaneses. Los partidarios del ex primer ministro protestaban por la nominación de Diab. Las escaramuzas dejaron al menos siete soldados heridos.
Diab comenzó sus reuniones del sábado en el Parlamento con el presidente del Consejo de Ministros, Nabih Berri, y luego se reunió con ex primeros ministros, incluido Hariri.
Los dos hombres también se habían reunido el día anterior, cuando Diab dijo que planea formar un gobierno de expertos e independientes para hacer frente a la agobiante crisis económica del país.
Los bancos libaneses han impuesto controles de capital sin precedentes en las últimas semanas. Miles de personas han perdido sus empleos, mientras que se espera que la economía se contraiga en 2020.
Hariri advirtió a sus seguidores el sábado contra las protestas violentas, diciendo: “El ejército es nuestro y las fuerzas policiales son para todos los libaneses”.
Un legislador del bloque liderado por el grupo chiíta Amal, encabezado por el presidente del parlamento, Berri, dijo que el gobierno entrante debería centrarse en la lucha contra la corrupción.
“Debería ser un gobierno de emergencia que trabaje en la solución de la crisis económica, financiera, social y bancaria”, dijo Anwar al-Khalil después de la reunión con Diab.
El nuevo primer ministro obtuvo la mayoría de los votos de los legisladores tras recibir el apoyo del poderoso grupo terrorista chiíta Hezbolá y sus aliados, que tienen la mayoría de los escaños en el parlamento.
Sin embargo, carece del apoyo de las principales figuras sunníes, incluido el mayor partido sunní encabezado por Hariri.
Eso es particularmente problemático para Diab, quien, como sunní, no tiene el respaldo de su propia comunidad. Y según el acuerdo sectario de reparto del poder en el Líbano, el primer ministro debe ser suní.
Hezbolá había respaldado a Hariri como primer ministro desde el principio, pero el grupo difería con él en cuanto a la forma del nuevo gobierno.
Las protestas sostenidas y sin liderazgo del Líbano estallaron a mediados de octubre y obligaron a Hariri a renunciar en pocos días. Sin embargo, los políticos no pudieron ponerse de acuerdo sobre un nuevo primer ministro. Las continuas protestas y la parálisis han empeorado la crisis económica.