El Tribunal de Apelación de Beirut ha dado luz verde a Tarek Bitar, el investigador judicial del caso de la explosión del puerto de Beirut, para que continúe su trabajo el martes, después de que se le ordenara detener la investigación hace más de un mes debido a una apelación del ex ministro de Obras Públicas, Youssef Fenianos.
El tribunal también impuso a Fenianos una multa de 800.000 libras libanesas (530 dólares). El ex ministro había sido acusado y citado para ser interrogado por Bitar, lo que provocó el recurso que detuvo la investigación el mes pasado.
La decisión podría enfurecer a Hezbolá, ya que el grupo terrorista ha expresado una fuerte oposición en los últimos meses a que Bitar continúe la investigación. El caso se ha suspendido en múltiples ocasiones debido a las acusaciones de parcialidad presentadas por funcionarios que han sido imputados por el juez.
En los últimos meses, Hezbolá y sus aliados han proferido amenazas implícitas y explícitas contra Bitar, alegando que la investigación está influida por presiones extranjeras y políticas.
Después de que estallaran enfrentamientos mortales durante una protesta de Hezbolá contra Bitar en octubre, el líder terrorista de Hezbolá, Hassan Nasrallah, afirmó que el movimiento había sido objeto de ataques desde los primeros momentos después de la explosión y advirtió que no permanecería en silencio.
En octubre, el diputado libanés Ali Hassan Khalil, aliado de Hezbolá, advirtió que se produciría una “escalada política, y quizás [una escalada] de otro tipo”, y añadió que “todas las posibilidades están abiertas”, incluida la salida a la calle.
También en octubre, fuentes de Hezbolá y del movimiento Marada dijeron al noticiero de la televisión libanesa Al-Jadeed que Bitar se estaba preparando para acusar directamente a Hezbolá de la responsabilidad de la explosión. Las fuentes añadieron que si no se le destituye, dejarán el gobierno.
En septiembre, el responsable de seguridad de Hezbolá, Wafiq Safa, también habría amenazado a Bitar, diciendo que el movimiento destituiría al juez de su cargo por la fuerza si seguía desagradándoles.
Se ha culpado a Hezbolá de ser responsable, al menos en parte, de la manipulación negligente del nitrato de amonio apto para la fabricación de armas almacenado en el puerto, que provocó la explosión. El propietario del barco que llevó los productos químicos a Beirut ha sido acusado de hacer tratos con Hezbolá y el gobierno sirio, y una investigación del FBI descubrió que la mayor parte de los productos químicos habían sido desviados del puerto antes del momento de la explosión.
Hezbolá también tiene un fuerte control sobre los puertos del Líbano, ya que muchos funcionarios importantes provienen del grupo o de sus aliados. Incluso si el movimiento no importó a propósito el nitrato de amonio, él o sus aliados podrían ser considerados responsables de la explosión por negligencia.
El presidente libanés, Michel Aoun, expresó el martes su preocupación por el poder judicial en el país, subrayando que “todo el mundo debe trabajar para protegerlo y evitar la presión sobre los jueces”, según MTV Lebanon.
“Los jueces y los abogados deben ser un baluarte impenetrable frente a la corrupción y las injerencias políticas, que oscurecen los hechos e impiden el acceso a los derechos”, dijo.