KABUL – Los talibanes llevaron a cabo más de una docena de ataques a bases del ejército afgano, dijeron los oficiales el martes, horas después de terminar una tregua parcial y poner en duda las conversaciones de paz entre Kabul y los insurgentes.
Las negociaciones intra-afganas deben comenzar el 10 de marzo, según un acuerdo entre Estados Unidos y los talibanes firmado en Doha el sábado, pero una disputa sobre un intercambio de prisioneros ha planteado dudas sobre si seguirán adelante.
La disputa ha puesto de relieve el difícil camino que queda por recorrer, con la decisión de los talibanes de poner fin a una tregua parcial el lunes, lo que complica aún más las cosas.
Un funcionario del Ministerio de Defensa, hablando bajo condición de anonimato, dijo de ataques nocturnos a las fuerzas del gobierno en 13 de las 34 provincias del país.
Dos soldados murieron en uno de los ataques que ocurrió en el sur de la provincia de Kandahar, según una declaración del gobierno.
Un ataque en la provincia de Logar, cerca de Kabul, que no estaba incluido en el recuento de los funcionarios del Ministerio de Defensa, mató a cinco fuerzas de seguridad, dijo el portavoz del gobernador provincial Didar Lawang.
La interrupción de la tregua limitada, que comenzó el 22 de febrero, pone fin a lo que fue un bienvenido aplazamiento para los afganos comunes que han soportado la mayor parte de la violencia mortal.
El analista Ahmad Saeedi, con sede en Kabul, dijo que el aumento de los ataques reflejaba la creencia de los insurgentes de que “tienen que mantener el campo de batalla caliente para poder ganar en la mesa de negociaciones, como hicieron con los estadounidenses”.
Las aparentes diferencias entre el acuerdo de Doha y una declaración conjunta de los Estados Unidos y el Afganistán publicada en ese país ponen de manifiesto los obstáculos a los que se enfrentan los negociadores.
El acuerdo entre Estados Unidos y los talibanes se comprometía a la liberación de los prisioneros mientras que el documento de Kabul solo requería que ambas partes determinaran “la viabilidad de la liberación” de los cautivos.
En una declaración, la misión de las Naciones Unidas en Afganistán pidió “una continua reducción de la violencia para mantener y mejorar un ambiente propicio para el inicio de las negociaciones intra-afganas”.
Desde la firma del acuerdo, los talibanes han estado reclamando públicamente la “victoria” sobre los Estados Unidos.
Hablando con Fox News, el Secretario de Estado Mike Pompeo minimizó los comentarios de los militantes.
“Así que he visto muchos comentarios. Sólo mira lo que realmente sucede. Preste menos atención a las declaraciones, preste menos atención a las cosas que dice la gente”, dijo Pompeo.
“Observen lo que sucede en el terreno. Se ha hecho mucho trabajo a niveles detallados sobre cómo se va a proceder. Hasta ahora, todo bien”.
Según los términos del acuerdo, las fuerzas extranjeras abandonarán Afganistán en un plazo de 14 meses, con sujeción a las garantías de seguridad de los talibanes y a la promesa de los insurgentes de mantener conversaciones con Kabul.