Los talibanes han enviado una delegación a Rusia para discutir las perspectivas de una retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán tras el colapso de las conversaciones con Estados Unidos este mes, dijeron funcionarios del grupo insurgente.
La medida, días después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cancelara una reunión planificada con líderes talibanes en su retiro de Camp David, se produjo cuando el movimiento busca reforzar el apoyo regional, con visitas también planificadas a China, Irán y los Estados de Asia Central.
“El propósito de estas visitas es informar a los líderes de estos países sobre las conversaciones de paz y la decisión del presidente Trump de suspender el proceso de paz en un momento en que ambas partes habían resuelto todas las cuestiones pendientes y estaban a punto de firmar un acuerdo de paz”, dijo un alto dirigente talibán en Qatar.
Rusia, que ha acogido reuniones entre los talibanes y representantes políticos y de la sociedad civil afgana, dijo esta semana que esperaba que el proceso pudiera volver a encarrilarse e instó a ambas partes a reanudar las conversaciones.
“Estamos convencidos de que el fin total de la presencia militar extranjera es una condición inalienable para una paz duradera en Afganistán”, dijo el jueves la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, Maria Zakharova.
Sin embargo, no está claro si se pueden reanudar las conversaciones.
El líder talibán, que habló con la condición de mantener el anonimato, dijo que el propósito de las visitas no era tratar de reactivar las negociaciones con Estados Unidos, sino evaluar el apoyo regional para obligarlo a abandonar Afganistán.
Funcionarios estadounidenses y talibanes mantuvieron conversaciones durante meses en Doha, la capital de Qatar, y acordaron un proyecto de acuerdo en el que se habría retirado a unos 5.000 soldados estadounidenses de Afganistán a cambio de garantías de seguridad de los talibanes.
Sin embargo, el acuerdo, que pretendía ser un paso preliminar hacia un acuerdo de paz más amplio, fue objeto de duras críticas por parte del gobierno afgano, que quedó excluido de las conversaciones. Muchos ex altos funcionarios estadounidenses que habían trabajado en la región también advirtieron que una retirada apresurada podría desestabilizar el país e incluso volver a sumirlo en una nueva ronda de guerra civil.
El borrador del acuerdo no incluía un acuerdo de alto el fuego y con la violencia continuando, Trump anunció la cancelación de la reunión de Camp David a través de Twitter después de que un ataque suicida con bomba en Kabul matara al menos a 12 personas, incluyendo a un soldado estadounidense.
Posteriormente describió las conversaciones como muertas y dijo que las fuerzas de Estados Unidos intensificarían las operaciones contra los talibanes, que controlan más territorio que en ningún otro momento desde que fueron expulsados del poder por una campaña encabezada por Estados Unidos en 2001.