WASHINGTON, 7 de julio (Reuters) – Combatientes talibanes en el norte de Afganistán desalojaron el mes pasado a familias y saquearon e incendiaron sus hogares en aparente represalia por cooperar con el gobierno de Kabul, dijo el miércoles Human Rights Watch.
Los “ataques de represalia” fueron cometidos por insurgentes que participan en una ofensiva talibán que ha invadido decenas de distritos en todo Afganistán, incluyendo unos 150 distritos en Kunduz y otras provincias del norte, dijo el grupo.
“Los dirigentes talibanes tienen el poder de poner fin a estos abusos por parte de sus fuerzas, pero no han demostrado que estén dispuestos a hacerlo”, dijo en un comunicado Patricia Grossman, directora asociada de la organización para Asia.
Un portavoz de los talibanes no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios.
El mes pasado, los talibanes publicaron en Twitter una orden a los “oficiales militares” para que salvaguardaran la propiedad pública y “se comportaran bien con el público en general”.
Los talibanes lanzaron su ofensiva, centrada en el norte, cuando las fuerzas extranjeras lideradas por Estados Unidos se retiraron tras dos décadas de guerra. Las tropas estadounidenses abandonaron su base principal, el aeródromo de Bagram, a principios de esta semana.
Human Rights Watch dijo que realizó entrevistas telefónicas a principios de este mes con residentes desplazados de Bagh-e Sherkat, una ciudad en la provincia de Kunduz de la que huyeron unas 600 familias, algunas a Taloquan y otras a Faizabad.
Los residentes desplazados fueron citados diciendo que, del 21 al 25 de junio, los combatientes talibanes les dieron dos horas para abandonar sus hogares y amenazaron a aquellos a los que los insurgentes acusaban de prestar apoyo al gobierno afgano.
A continuación, los combatientes talibanes saquearon e incendiaron las casas abandonadas, y mataron a tiros a dos civiles, dijeron los residentes desplazados.
“Ayudamos al gobierno y nos dejaron en manos de los talibanes”, dijo una mujer de 24 años no identificada. “Los talibanes han quemado nuestras casas. Estamos muy asustados. Ambos bandos nos obligan a ayudarles. Somos gente pobre, no tenemos otra opción”.