ESTAMBUL – Turquía abandonó el Convenio de Estambul para prevenir la violencia contra las mujeres el 1 de julio, tras la decisión del Consejo de Estado del país de rechazar el martes los recursos para revertir la medida.
La retirada oficial se produce tras meses de protestas por parte de los defensores de los derechos de la mujer y de la oposición de organismos internacionales, como el Consejo de Europa y la administración estadounidense, que afirman que abandonar el convenio podría privar a las mujeres, los niños y la comunidad LGBT de Turquía del marco jurídico para prevenir la violencia de género y perseguir a los agresores.
El 20 de marzo, un decreto presidencial anunció la retirada de Turquía del tratado europeo, convirtiendo a este país en el primero de los 47 Estados signatarios en retirarse de la convención. En respuesta, varias organizaciones de derechos y los principales partidos de la oposición del país presentaron demandas para revocar la decisión.
El martes, el Consejo de Estado del país votó por tres a dos para rechazar los recursos y la presidencia turca presentó su defensa solicitando que se desestimaran todas las demandas pertinentes sobre la retirada.
La decisión despejó el camino para la retirada de Turquía de la convención el jueves, a pesar de la constante oposición de los grupos de derechos de la mujer, que tienen previsto celebrar grandes manifestaciones en ciudades turcas ese mismo día.
Según la Plataforma “Detengamos los Feminicidios”, al menos 189 mujeres han sido asesinadas en incidentes de violencia de género en lo que va de año en Turquía, y al menos 409 mujeres murieron en circunstancias similares en 2020.
“Es un enorme paso atrás y llega en un momento en el que tantas mujeres son asesinadas”, dijo a Al-Monitor Deniz Yuksel, especialista en incidencia política en Turquía de Amnistía Internacional.
Yuksel dijo que la convención impulsó al Parlamento turco a aprobar leyes que apoyan los mecanismos de protección y prevención contra la violencia de género, pero algunos marcos legales nunca se aplicaron adecuadamente después de que Turquía se convirtiera en el primer signatario del tratado en 2011.
“El gobierno considera que el hecho de que la violencia de género haya aumentado en la última década significa que el Convenio de Estambul ha fracasado, pero eso realmente no es cierto”, dijo Yukse. “La realidad es que… Turquía ha fracasado en la aplicación del convenio”.
Además de un aumento de los incidentes denunciados de violencia de género en los últimos años, el gobierno turco ha afirmado que las medidas del convenio para combatir la discriminación basada en la identidad de género y la orientación sexual van en contra de las normas conservadoras tradicionales.
En un comunicado del 21 de marzo, la Dirección de Comunicaciones de la presidencia turca argumentó que parte de la decisión de retirarse del Convenio de Estambul era que éste había sido “secuestrado por un grupo de personas que intentan normalizar la homosexualidad, que es incompatible con los valores sociales y familiares”.
En un aparente esfuerzo por sustituir el tratado, se espera que el presidente turco Recep Tayyip Erdogan desvele un plan de acción nacional contra la violencia de género durante un acto en Ankara el jueves. El plan ha sido redactado por el Ministerio de Familia y Servicios Sociales y en él se exponen las medidas que se aplicarán en los próximos cinco años.
Los acontecimientos se producen cuando las denuncias de violencia de género y abuso infantil han circulado ampliamente en las redes sociales y en las noticias nacionales esta semana. Un vídeo de vigilancia en el que se ve a un hombre agrediendo salvajemente a una mujer en una cafetería del distrito turco de Soma reflejaba la constante amenaza de violencia a la que se enfrentan las mujeres.
Por otra parte, las redes sociales turcas se llenaron de indignación el martes después de que salieran a la luz informes sobre una sentencia judicial dictada a principios de este año que dejaba en libertad a una pareja pendiente de condena que había sido acusada de abusar física y sexualmente de sus hijos, así como de venderlos a amigos para mantener relaciones sexuales.
Tras las protestas de la opinión pública, la Junta de Jueces y Fiscales de Turquía inició una investigación sobre el juicio, que se celebra en la provincia de Antalya, en el sur del país. El portavoz presidencial Ibrahim Kalin también condenó la noticia en un tuit el martes.
“En este terrible suceso, es esencial evitar decisiones que puedan ser percibidas como una tolerancia al abuso de menores”, dijo Kalin, y añadió: “Estas horribles personas deben recibir la sentencia más dura. Vigilaremos el proceso legal para que se haga justicia”.
La prevención y el enjuiciamiento de este tipo de casos se encuentran entre los principales objetivos del Convenio de Estambul, dijo Yuksel, argumentando que el tratado ha sido atacado por el gobierno turco para obtener beneficios políticos. Junto con las intervenciones policiales en las marchas del orgullo LGBT en las ciudades turcas esta semana, Yuksel dijo que Erdogan está tratando de apelar a los votantes conservadores con la retirada del tratado, ya que su apoyo disminuye antes de las elecciones previstas actualmente para 2023.
“El partido gobernante, debido a las circunstancias económicas especialmente, se siente políticamente vulnerable y siente que necesita todo el apoyo que pueda conseguir… incluso a costa de la seguridad y los derechos de las mujeres”, dijo Yuksel.