Turquía ha estado recibiendo ataques de aviones Rafale de fabricación francesa en Libia y está buscando activar sus misiles S-400 de fabricación rusa como contramedida, según el sitio web de noticias del Eurasian Times.
Itamilradar, un sitio web de noticias italiano, y el diario turco progubernamental Sabah también informaron recientemente sobre Ankara considerando el despliegue de sus S-400 en Libia.
Los aviones Rafale esquivaron los radares y los sistemas de defensa aérea turcos y bombardearon la base aérea de Al-Watiya en Libia. Al-Watiya es utilizada por Ankara y alberga cazas F-16 turcos y Bayraktar B2 y Anka S-drones y es defendida por un sistema de defensa aérea MIM-23 Hawk.
El hecho de que los cazas Rafale fueran capaces de bombardear la base de Al-Watiya con relativa facilidad ha generado discusiones en Turquía para desplegar los formidables misiles rusos S-400 en Libia.
Aunque Turquía adquirió el sistema de defensa aérea ruso S-400, Ankara todavía no ha activado los misiles debido a varios factores geopolíticos. Actualmente, Ankara ha desplegado en Libia una combinación de sistemas de misiles MIM-23 Hawk de medio alcance fabricados por los Estados Unidos, SAM de corto alcance Hisar y cañones antiaéreos Korkut.
El aumento de las fuerzas militares turcas en Libia permitió que el Gobierno del Acuerdo Nacional (GNA), respaldado por Turquía, Qatar e Italia, pasara a la ofensiva contra el Ejército Nacional Libio (LNA), dirigido por Khalifa Haftar y apoyado por Francia, Arabia Saudita, Egipto y los Emiratos Árabes Unidos.