El Lockheed Martin F-22 Raptor seguirá en servicio hasta 2040 gracias a un presupuesto de mejoras tecnológicas clave.
El F-22 Raptor recibe mejoras en sistemas, armas y motores hasta 2040
En 2024, el panorama del Lockheed Martin F-22 Raptor ha cambiado notablemente, tras las preocupaciones que surgieron en 2023. Los documentos presupuestarios para el año fiscal 2025 incluyen planes para mantener el avión en servicio hasta 2040. El presupuesto asigna casi 10.000 millones de dólares en mejoras tecnológicas, que abarcan sistemas de navegación, armas, comunicaciones y guerra electrónica.
El retraso en el programa Next-Generation Air Dominance (NGAD) de la Fuerza Aérea de Estados Unidos ha influido en la decisión de mantener activo el F-22. La falta de presupuesto y la revisión del diseño y las necesidades del avión han ralentizado el desarrollo. Factores como la financiación de otros proyectos prioritarios, como el B-21 Raider y el misil intercontinental Sentinel, también han influido en la pausa del NGAD.
El desarrollo del NGAD podría verse retrasado hasta dos años, mientras se simplifica su diseño para adaptarse a nuevas tecnologías y reducir costes. Mientras tanto, la modernización del F-22 sigue avanzando, lo que beneficia a proveedores de motores, armas y mantenimiento.
Pratt & Whitney optimiza el motor F119 del F-22 con mejoras tecnológicas
El motor F119, fabricado por Pratt & Whitney, ha experimentado avances importantes gracias a la introducción de un programa de vida útil basada en el uso (UBL). Este sistema permite monitorear el estado del motor en tiempo real mediante la fusión de datos de vuelo con algoritmos avanzados de mantenimiento. Con esta tecnología, la Fuerza Aérea espera ahorrar más de 800 millones de dólares a lo largo del programa.
Las mejoras en la gestión digital del F119 han incrementado significativamente su durabilidad y rendimiento operativo. En 2019, Pratt & Whitney reportó una tasa de disponibilidad del 95% para el motor en toda la flota del F-22, lo que demuestra su fiabilidad. Los avances también han permitido reducir los costes de producción y refuerzan la posición del F119 como uno de los mejores motores turbofán en servicio.
Gracias a estas innovaciones, el F-22 seguirá siendo un elemento clave en la flota de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, asegurando su superioridad aérea y preparándolo para futuras actualizaciones tecnológicas.
Raytheon moderniza el misil AIM-120D-3 y sensores del F-22 para combate moderno
Raytheon también está realizando mejoras significativas en las capacidades del F-22. La actualización del misil aire-aire AIM-120 AMRAAM, utilizado en el F-22 y otras 14 plataformas de combate, incluye un mayor alcance y mayor resistencia a las interferencias del radar enemigo. La última versión, el AIM-120D-3, mejora notablemente su rendimiento en combate más allá del alcance visual.
Además, Raytheon ha recibido un contrato de más de mil millones de dólares para mejorar sensores de un avión furtivo, y aunque no se ha confirmado oficialmente, algunos analistas creen que se trata del F-22. Aun así, esta especulación no ha sido verificada oficialmente.
Estas actualizaciones permiten que el F-22 mantenga su papel como líder en combate aéreo. La modernización de sus sistemas asegura su capacidad para enfrentar amenazas emergentes y complejas en el entorno global actual.
La Fuerza Aérea de EE. UU. evalúa las prioridades estratégicas de su flota
A medida que se prolonga la vida útil del F-22, surgen preguntas sobre el futuro de la aviación militar y las prioridades estratégicas de Estados Unidos. Aunque el F-22 ha demostrado ser un caza formidable, su uso extendido podría revelar limitaciones a la hora de enfrentar nuevas amenazas.
La Fuerza Aérea de Estados Unidos se encuentra en un dilema entre continuar con la dependencia de sistemas heredados, como el F-22, y la inversión en nuevas tecnologías, como el NGAD. El equilibrio entre estas prioridades será crucial para mantener la superioridad aérea en el futuro.
La extensión del F-22 subraya la necesidad urgente de avanzar en el desarrollo del NGAD, asegurando que Estados Unidos siga preparado para enfrentar las complejidades de la guerra moderna y las innovaciones tecnológicas de los adversarios.