Entre 1986 y 1991, la Marina de EE. UU. evaluó el proyecto NATF, versión naval del F-22 destinada a sustituir al F-14, cancelada por peso y coste.
Origen, alcance y denominación oficial del programa naval NATF de EE. UU.
Entre 1986 y 1991, la Marina evaluó una versión embarcada del caza derivado del programa Advanced Tactical Fighter para sustituir al F-14. El esfuerzo recibió la denominación oficial Navy Advanced Tactical Fighter. Publicaciones especializadas usaron de forma no oficial el apodo Sea Raptor, mientras que la documentación pública emplea la sigla NATF. El desarrollo se interrumpió en 1991 por peso, coste y complejidad, tras varios años de estudios coordinados con la Fuerza Aérea.
La participación naval en el ATF quedó formalizada mediante acuerdos interservicios en 1986. En 1988, la Marina creó una oficina del NATF y contrató a los dos equipos competidores del ATF para definir especificaciones aptas para portaaviones. La intervención del Congreso tuvo como finalidad maximizar la comunidad entre plataformas y reducir gastos de desarrollo. En ese marco, la Marina planificó 618 aparatos por $66.100 millones, y la Fuerza Aérea estimó $67.200 millones para 750 aviones.
El enfoque técnico partió de una premisa operacional concreta. El NATF debía despegar mediante catapulta, realizar apontaje con gancho y soportar cargas estructurales propias del entorno marítimo y del ciclo de cubierta, sin rebasar límites de tamaño y masa fijados por ascensores, catapultas y equipos de frenado. Estas condiciones exigían tren reforzado, estructura más robusta y cualidades a baja velocidad. Por misión, el diseño incluyó más combustible, sensores de mayor alcance y armamento de largo alcance.

Además del conjunto de misiles aire-aire del ATF, el NATF debía emplear el Advanced Air-to-Air Missile y misiles navales como el AGM-88 HARM y el AGM-84 Harpoon. El calendario de trabajo estableció que la Fuerza Aérea pasaría al desarrollo a gran escala en 1991. En paralelo, la Marina mantuvo el NATF en demostración y validación sin prototipo de vuelo, con apoyo en maquetas de aviónica, ensayos en túnel y estudios de integración.
Datos clave de costes, cantidades y cronograma oficial
- Plan de 618 aparatos con un coste de $66.100 millones para la Marina.
- Estimación de 750 aviones y $67.200 millones para la Fuerza Aérea.
- $724 millones para 1990-1994, centrados en requisitos y diseños navales.
- Cancelación del NATF en 1991 y cierre total en el ejercicio fiscal 1992.
- Autorización del F/A-18E/F el 6 de mayo de 1992 para desarrollo de ingeniería y fabricación.
Requisitos técnicos navales y diferencias frente al ATF terrestre
El expediente público del NATF establece con precisión diferencias de misión y diseño respecto al ATF terrestre. Para cubrir la defensa antiaérea de la flota, la Marina fijó como requisito interceptar bombarderos antes del lanzamiento de misiles de crucero, lo que impuso sensores de largo alcance, armas específicas y mayor radio de combate. En paralelo, la Marina exigió una envolvente apta para el apontaje, con control a baja velocidad y visibilidad adecuada en aproximación.
Estas condiciones, unidas al refuerzo estructural y a la protección frente a corrosión marina e interferencia electromagnética propias del entorno embarcado, incrementaron masa, complejidad y coste frente a un caza terrestre. El NATF, por tanto, debía asumir cargas adicionales en célula y tren, cumplir límites de tamaño impuestos por ascensores y catapultas, y asegurar aproximaciones seguras. La combinación de requisitos operativos y navales definió un diseño distinto, pese al origen común con el programa ATF.

Los documentos de la Contraloría describen coordinación interservicios para sostener comunidad de componentes. El plan consistió en seleccionar los mismos contratistas de célula y motor, maximizar la comunidad en motores y aviónica por su peso en el coste unitario y aceptar diferencias en el fuselaje para cumplir condicionantes del portaaviones. Este esquema permitió compartir arquitectura de sensores, un programa de mantenimiento unificado y cadenas logísticas con menos artículos exclusivos, condicionado a límites de peso y dimensiones.
En el plano terminológico, el apodo Sea Raptor aparece en análisis divulgativos y propuestas no oficiales que plantean la navalización de un F-22 operativo. Ese rótulo no figura en la documentación formal de la época, que identifica el esfuerzo como NATF e incluye su relación con la cooperación ATF y ATA de mediados de los años ochenta. Los expedientes detallan requisitos y cronogramas, mientras que los análisis externos formulan estudios de concepto sin respaldo programático.
Cancelación, reorientación y cronología entre 1991 y 1993 en la USN
El marco presupuestario y estratégico cambió al inicio de la década de 1990. La disolución de la Unión Soviética y la revisión de programas redujeron los créditos de modernización. En ese contexto, la Marina canceló en 1991 la variante NATF por peso, coste y complejidad, y en el año fiscal 1992 cerró por completo esa línea de trabajo. La Fuerza Aérea continuó el desarrollo del F-22 para su propio uso.

La retirada del NATF coincidió con una reorientación hacia la evolución del caza embarcado. El 6 de mayo de 1992, el Consejo de Adquisiciones de Defensa autorizó la entrada del F/A-18E/F en desarrollo de ingeniería y fabricación. Ese programa, concebido en 1987, como ampliación del F/A-18C/D con mayor alcance, flexibilidad de carga y adecuación al portaaviones, proyectó 1.000 aparatos, con $5.000 millones en investigación y desarrollo y $49.000 millones en adquisición en dólares del ejercicio 1990.
Tras la cancelación del NATF, la secuencia de decisiones estableció la aviación embarcada en torno al F/A-18E/F y, en una fase posterior, condujo a un programa conjunto de nueva generación. A partir de 1993, la iniciativa Joint Advanced Strike Technology evolucionó hacia el caza conjunto F-35. Por su parte, el F-22 permaneció como programa de superioridad aérea de la Fuerza Aérea. La cronología quedó fijada en los expedientes con dos hitos principales.
La cronología quedó fijada con dos hitos principales. En 1991 se cerró el NATF en la Marina. El 6 de mayo de 1992 se autorizó la entrada del F/A-18E/F en desarrollo de ingeniería y fabricación. Con ello, la aviación embarcada avanzó con un plan centrado en F/A-18E/F, mientras que la Fuerza Aérea prosiguió el F-22 para su propio uso, conforme a la separación de prioridades establecida tras la revisión de programas.
