Casi medio siglo después de que el formidable A-10 Thunderbolt II hiciera su aparición inaugural en la Base Davis-Monthan de las Fuerzas Aéreas de Arizona, se está produciendo una transformación fundamental. Esta transición marca el comienzo de un nuevo capítulo a medida que la base inicia la jubilación de sus icónicos jets de ataque.
Construido en 1982, el A-10 con el número de cola 82-648 emprendió su viaje final desde el 354º Escuadrón de Caza hasta el 309º Grupo de Mantenimiento y Regeneración Aeroespacial, conocido como “El cementerio”. Este acontecimiento, que tuvo lugar el 6 de febrero, significa el comienzo del proceso de jubilación de 78 A-10 estacionados en Davis-Monthan, un proceso que se prevé que se desarrolle en los próximos tres a cinco años.
El coronel Scott Mills, un consumado piloto de A-10 y comandante del Ala 355, articuló la profunda conexión entre el A-10 y la base, haciendo hincapié en su emblemático significado. El A-10, señaló, no es simplemente una pieza de material militar, sino un símbolo del compromiso inquebrantable, la excelencia y el servicio de los aviadores de Davis-Monthan.
Desde su despliegue en la década de 1970, el A-10, conocido cariñosamente como Warthog, se ha distinguido por su incomparable capacidad de destrucción de tanques en la Operación Tormenta del Desierto, su precisión en la prestación de apoyo aéreo cercano durante la Guerra Mundial contra el Terrorismo y su capacidad para proteger a los pilotos gracias a su robusta construcción.
El coronel Razvan Radoescu, comandante del 355º Grupo de Operaciones, destacó el papel integral del A-10 a la hora de garantizar la seguridad y el éxito de las fuerzas conjuntas y de coalición. La presencia del avión en los cielos, unida a los rigurosos estándares de entrenamiento de las Fuerzas Aéreas, ha sido decisiva en innumerables misiones, proporcionando apoyo crítico cuando ninguna otra plataforma podía hacerlo.
Sin embargo, a medida que la flota de A-10 envejece y la Fuerza Aérea cambia su enfoque hacia aviones capaces de operar en espacios aéreos disputados, existen planes para retirar toda la flota de Warthog para 2029. Esta decisión estratégica subraya la naturaleza evolutiva de la guerra aérea y la necesidad de modernización.
Con la retirada gradual de los A-10, los escuadrones Warthog de Davis-Monthan se desactivarán, empezando por el 354º Escuadrón de Caza en el verano y otoño próximos. Los pilotos y mantenedores que han dedicado sus carreras al A-10 pasarán a otros escuadrones de cazas del Ejército del Aire, y muchos de ellos podrían unirse a las filas de los escuadrones del F-35 Lightning II. Esta transición marca el fin de una era y el comienzo de un nuevo horizonte en las capacidades de combate aéreo.
Transición a misiones avanzadas de combate y apoyo

“Quizás la mayor atracción de futuros mantenedores estará en la comunidad del F-35”, señaló el coronel Clarence McRae, comandante del 355º Grupo de Mantenimiento. Esta afirmación subraya la necesidad permanente de personal de mantenimiento cualificado en las Fuerzas Aéreas, independientemente del avión.
“Los aviones seguirán rompiéndose y nosotros seguiremos arreglándolos”, añadió McRae, subrayando la naturaleza intemporal del mantenimiento de aeronaves en medio de la evolución de la aviación militar.
En la Base Aérea Davis-Monthan, la transición de la misión del A-10 a nuevos paradigmas operativos es significativa, marcada por la introducción de la 492ª Ala de Proyección de Potencia. Esta innovadora unidad está diseñada para encarnar todo el espectro de misiones del Mando de Operaciones Especiales de las Fuerzas Aéreas, incluidas las operaciones de ataque, movilidad, inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR), junto con la coordinación aire/tierra. Este amplio conjunto de misiones representa una evolución estratégica en las capacidades militares, haciendo hincapié en la versatilidad y las operaciones integradas.
La composición de la 492.ª Ala de Proyección de Fuerzas es notablemente diversa, ya que reúne unidades especializadas de diversos lugares de Estados Unidos. Entre ellas se incluyen:
- Un escuadrón MC-130J Commando II, procedente de la Base Aérea Cannon de Nuevo México, conocido por sus capacidades de infiltración, exfiltración y reabastecimiento en territorios hostiles o denegados.
- Un escuadrón OA-1K Armed Overwatch de Hurlburt Field en Florida, equipado para apoyo aéreo cercano, ataque de precisión e ISR en apoyo de operaciones especiales.
- El 21º Escuadrón de Tácticas Especiales del Pope Army Airfield en Carolina del Norte y el 22º Escuadrón de Tácticas Especiales de la Base Conjunta Lewis-McChord en Washington, ambas unidades especializadas en coordinación aire/tierra, combate de precisión y recuperación de personal.
- Además, la activación del 492º Escuadrón de Operaciones Aéreas de Teatro en Duke Field (Florida) mejorará aún más las capacidades operativas del ala.
Davis-Monthan también acogerá cinco helicópteros HH-60W del 34º Escuadrón de Armamento y del 88º Escuadrón de Pruebas y Evaluación, que se trasladarán desde la Base Aérea de Nellis, en Nevada. Estos helicópteros de última generación son fundamentales para las operaciones de búsqueda y rescate en combate, reforzando la capacidad de la base para ejecutar misiones críticas.
Esta amplia reestructuración y ampliación del perfil de misiones de Davis-Monthan se desarrollará gradualmente a lo largo de los próximos cinco años. La transición está supeditada a la realización de un análisis de impacto medioambiental, que garantice que el nuevo paisaje operativo de la base se ajusta a las normas de sostenibilidad y de la comunidad.
Este cambio no solo significa la desaparición progresiva del legado histórico del A-10, sino que también anuncia una nueva era de capacidades de guerra multidimensional, situando a Davis-Monthan a la vanguardia de las operaciones militares modernas.