Estados Unidos planea dejar una fuerza significativamente mayor en Siria incluso después de que retire sus fuerzas del Estado en guerra civil, según un informe publicado el domingo por la noche.
A pesar del anuncio del presidente Donald Trump en diciembre, de que había ordenado al Pentágono que retirara a todas las fuerzas estadounidenses de Siria en un plazo de 30 días, aparentemente, EE. UU. está elaborando nuevos planes que verían a unos 1.000 soldados estadounidenses en Siria, aproximadamente la mitad. de la fuerza desplegada en Siria antes de la orden de diciembre de 2018.
El Wall Street Journal, citando a funcionarios anónimos de Estados Unidos, dijo que las conversaciones entre Estados Unidos, Turquía, las potencias europeas y las milicias kurdas en el noreste de Siria no lograron un acuerdo bajo el cual Turquía llenaría el vacío dejado por el retiro de Estados Unidos.
Como consecuencia de este fracaso, los EE. UU. se están preparando para reducir la retirada, dejando hasta la mitad de su fuerza de pre-retirada en Siria.
Luego de la orden inicial del presidente de retirarse de Siria dentro de un mes, Trump se reunió con el senador Lindsey Graham de Carolina del Sur y conversaron sobre el retiro y acordó escalonar la retirada durante un período de cuatro meses.
Mientras que algunos funcionarios estadounidenses de alto nivel, incluido el asesor de seguridad nacional John Bolton, señalaron que EE. UU. podría mantener un punto de apoyo en el este de Siria en el enclave de Al-Tanf, el presidente Trump sugirió que EE. UU. retiraría la mayor parte de sus fuerzas del país, entregando el control del norte de Siria a Turquía. La Casa Blanca sugirió que podrían quedar hasta 200 soldados en Siria, y luego los funcionarios sugirieron que la cifra final podría ser el doble.
Ahora, sin embargo, la Casa Blanca está tratando de retener una presencia mucho más grande en Siria de lo planeado originalmente, aunque aún tiene la intención de retirar algunas fuerzas una vez que se capture el último bastión de ISIS.
El anuncio de diciembre del presidente Trump de que Estados Unidos retiraría todas las fuerzas de Siria había avivado los temores entre algunos aliados regionales, incluidos Israel y los Estados del Golfo, de que la salida de los Estados Unidos podría dejar un vacío para que Irán podría llenar, permitiendo a Teherán expandir su presencia militar En Siria.
El plan de retirada inicial también planteó preocupaciones con respecto a la población kurda en el este de Siria, que se había basado en parte en la presencia de los Estados Unidos para estabilizar el área.