La Fuerza Aérea y la Armada de los Estados Unidos han emprendido un esfuerzo conjunto denominado “Aviones de Combate Colaborativos” (CCA), que tiene como objetivo el desarrollo de Sistemas Aéreos No Tripulados (UAS) diseñados para funcionar como aliados fieles de los cazas tripulados.
Este programa pone énfasis en la interoperabilidad a través de cuatro dimensiones principales: una arquitectura de aeronave unificada, enlaces de comunicación robustos, un diseño de autonomía avanzado y control terrestre integrado.
Se ha priorizado además la reducción de costos, buscando la implementación de sistemas más sacrificables en comparación con los aviones convencionales, lo que podría disminuir de manera considerable los gastos asociados a su ciclo de vida.
La Armada, por su parte, proyecta una vida operativa limitada a 200 horas de vuelo y un mínimo de lanzamientos mediante catapultas y sistemas de recuperación, denominados “gatos y trampas”, para estos drones.
Con un costo estimado de 15 millones de dólares por unidad, se pretende que estos UAS sean percibidos como bienes fungibles, reflejando un cambio estratégico para adaptarse a los vertiginosos progresos tecnológicos y las amenazas emergentes.
Aunque históricamente ha existido rivalidad entre las ramas militares, en el último año, la Fuerza Aérea y la Armada de los EE. UU. han alcanzado un consenso para cooperar en los cuatro pilares fundamentales de los “Aviones de Combate Colaborativos” (CCA). Esta colaboración se extiende a los sistemas aéreos no tripulados (UAS), concebidos para operar como “pilotos leales” junto a los cazas tripulados, garantizando su funcionalidad interoperable.
Pilares fundamentales en el desarrollo de CCA para interoperabilidad total
Durante una mesa redonda en la conferencia de Aire, Espacio y Cibernética de la Asociación de la Fuerza Aérea el pasado septiembre, el general de brigada de la Fuerza Aérea de EE. UU., Dale White, PEO para cazas y aeronaves avanzadas, delineó los cuatro pilares esenciales que definen la iniciativa de Aviones de Combate Colaborativos (CCA).
Según el general White, “Estas cuatro áreas clave fomentan la interoperabilidad que necesitamos para un CCA, reconociendo que esta solución debe trascender los límites de un solo servicio militar”.
En este contexto, tanto la Fuerza Aérea como la Armada están enfocadas en integrar los drones CCA con sus futuros aviones de combate de sexta generación, que son parte de sus respectivos programas de Dominio Aéreo de Próxima Generación (NGAD).
La Fuerza Aérea está desarrollando un avión tripulado de superioridad aérea para suceder al F-22 Raptor, mientras que la Armada está avanzando en el desarrollo de su avión de combate multifuncional F/A-XX, destinado a reemplazar al F/A-18 Super Hornet.
Posible quinto pilar en la estrategia de CCA: la reducción de costos
Concepto | Detalles |
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Vida útil estimada | 200 horas de vuelo y 10 operaciones de «gatos y trampas» |
Costo por unidad | 15 millones de dólares |
Meta de costo reducido | Entre un cuarto y un tercio del precio de un F-35 Lightning II (20 a 27 millones de dólares) |
Estrategia de diseño | Diseñados para ser consumibles y no para una reutilización prolongada |
Objetivo de despliegue | 2030 |
En una reciente declaración, un oficial de la Armada de los EE. UU. insinuó que el proyecto CCA podría incluir un quinto elemento esencial centrado en el costo. Según un reporte de DefenseScoop, a diferencia de los sistemas de armas tradicionales, donde los costos de sostenimiento pueden constituir hasta el 70% del ciclo de vida, la Armada pretende romper con este modelo para los CCA.
El contralmirante Stephen Tedford, jefe de la Oficina Ejecutiva del Programa de Aviación No Tripulada y Armas de Ataque (PEO U&W) de NAVAIR, explicó en la conferencia anual Sea Air Space de la Liga Naval que “No necesitamos que estas plataformas duren 35 años.
Preferimos adquirir menos unidades, pero renovarlas constantemente para mantenernos al día con las tecnologías de plataformas no tripuladas y las amenazas actuales, actualizando sensores, sistemas y armas, lo cual podemos hacer a un costo de inversión recurrente más manejable”.
Estrategia de reducción de vida útil y costos en los CCA
Los Aviones de Combate Colaborativos (CCA) podrían adoptar una estrategia de vida útil considerablemente más corta, limitándose potencialmente a solo 200 horas de vuelo y a diez operaciones de “gatos y trampas”, término que se refiere a las catapultas y sistemas de arresto en portaaviones. Estas operaciones imponen una demanda intensa sobre el fuselaje de las aeronaves.
“Si diseñara algo para 6,000 horas de servicio y numerosos lanzamientos y recuperaciones, estaría básicamente creando un F/A-18”, comentó el contralmirante Tedford, ilustrando la necesidad de ajustar las expectativas de diseño hacia estructuras más sacrificables.
Estos drones estarían concebidos para ser “consumibles” más que para su reutilización prolongada, reflejando esto en su coste. “Mi objetivo es minimizar el costo unitario de cada plataforma, manteniéndolo alrededor de los 15 millones de dólares, porque los considero bienes consumibles”, explicó Tedford.
“Estos están diseñados para operar por unas pocas cientos de horas y, en su última misión, funcionar como un blanco o un arma; sea impactando un objetivo o siendo derribados en un ejercicio. Pero definitivamente no los mantendremos operativos por 30 años. Desde una perspectiva de costos, esto elimina varios ceros del mantenimiento”.
Para 2030, la Armada espera desplegar los primeros CCA. Inicialmente, estos drones podrían costar entre un cuarto y un tercio del precio de un caza F-35 Lightning II, que se encuentra entre 20 y 27 millones de dólares, pero la meta es reducir ese costo a menos de la mitad.
Sin embargo, el principal desafío para la adopción de esta estrategia podría provenir de los legisladores, quienes podrían mostrar reservas respecto a la idea de invertir en plataformas diseñadas como consumibles.