Tras el compromiso de los separatistas armenios de cesar las hostilidades, Azerbaiyán interrumpe sus acciones militares en Nagorno-Karabaj.
Azerbaiyán y reintegración de Nagorno-Karabaj
El miércoles, Azerbaiyán detuvo sus operaciones militares en la conflictiva región de Nagorno-Karabaj. Esta decisión surgió después de que los separatistas armenios accedieran a deponer las armas y abordar diálogos de reintegración.
El cese de hostilidades fue posible gracias a la mediación de las fuerzas de paz rusas. Este acuerdo se produjo apenas un día después de que Azerbaiyán iniciara una denominada “operación antiterrorista” en la región.
Los separatistas anunciaron un “desmantelamiento total” de sus tropas, incluida la retirada de unidades del ejército armenio. Todo esto, después de dos confrontaciones previas entre Armenia y Azerbaiyán desde la disolución de la Unión Soviética.
Condiciones del acuerdo mediado por Rusia
El Ministerio de Defensa de Azerbaiyán estipuló que “todas las armas y el armamento pesado deben ser entregados”. Este proceso se llevará a cabo bajo la vigilancia de 2,000 efectivos rusos encargados de mantener la paz en la región.
Se ha previsto que las conversaciones sobre la reintegración de Nagorno-Karabaj en Azerbaiyán se realicen el jueves en Yevlakh. Esta reintegración es un logro significativo para el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev.
El primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, enfatizó la importancia de mantener este cese al fuego y reiteró que su ejército no se encontraba en el enclave en cuestión.
Contexto reciente y balance de bajas
Este reciente conflicto surge tres años después de que Azerbaiyán recuperara zonas territoriales en una guerra que significó una dura derrota para Armenia.
Según Armenia, los recientes enfrentamientos han causado la muerte de al menos 32 personas y heridas a más de 200, debido a ataques con artillería, aeronaves y drones de Azerbaiyán.
Azerbaiyán, por su parte, comunicó que ha logrado controlar más de 60 posiciones militares durante sus “medidas antiterroristas localizadas”, mientras que las fuerzas rusas y separatistas han evacuado a miles de civiles.
Presiones internacionales y reacciones
El anuncio de la pausa en las operaciones militares sucede después de las declaraciones de Aliyev, quien había señalado que continuarían hasta que los separatistas se rindieran. Sin embargo, la presión internacional ha sido un factor decisivo para alcanzar el cese de hostilidades.
Rusia, las Naciones Unidas y el Papa Francisco se unieron a los pedidos para detener la violencia. Asimismo, tanto Estados Unidos como Francia se comunicaron con los líderes de Azerbaiyán y Armenia para abogar por la paz.
Moscú y su influencia en los acuerdos del Cáucaso
Con Moscú inmersa en el conflicto con Ucrania, su tradicional rol de mediador en la región del Cáucaso parece tambalear. Sin embargo, sus fuerzas en la región desempeñaron un papel fundamental al negociar el reciente alto al fuego.
El presidente ruso, Vladimir Putin, expresó su deseo de encontrar una solución “pacífica” al conflicto de Karabaj, subrayando que Moscú ha mantenido diálogos con todos los actores involucrados.
La situación en la región se torna aún más volátil dado el creciente temor a una guerra, impulsado en parte por las acusaciones de Armenia hacia Azerbaiyán sobre la movilización de tropas cerca del territorio en conflicto.
La potencia militar de Azerbaiyán y su relación con Israel
Azerbaiyán ha potenciado sus fuerzas armadas gracias a los ingresos derivados de sus recursos energéticos. Esta nación ha mostrado un claro interés en recuperar los territorios que perdió ante Armenia en los años 90. Israel ha sido un proveedor fundamental para la defensa de Bakú, especialmente durante el conflicto de Nagorno-Karabaj en 2020.
Antes de los recientes enfrentamientos, Eyal Zamir, director del Ministerio de Defensa israelí, hizo una visita a Azerbaiyán. Este encuentro se da en medio de una serie de entregas de armamento por parte de Israel a Azerbaiyán, indicando una consolidación de sus lazos bilaterales.
Las relaciones entre Israel y Azerbaiyán se centran no solo en el ámbito militar, sino también en el económico, ya que Israel adquiere un 30% de su petróleo de Bakú.
Turquía: su postura ante la situación del Cáucaso
Turquía, aliada histórica de Azerbaiyán, se ha pronunciado en relación con los recientes enfrentamientos, describiendo la última operación de Azerbaiyán como “justificada”. Además, ha instado a una resolución a través de “negociaciones exhaustivas”.
La postura de Turquía no es sorprendente, dada su histórica rivalidad con Armenia. Esta nación cristiana ha sido un contrapeso regional para Turquía por años.
El respaldo de Turquía a Azerbaiyán fortalece la posición de este último, incrementando la presión sobre Armenia en el conflicto territorial.
Descontento y protestas en Armenia
Los últimos sucesos han agudizado las tensiones internas en Armenia. Las calles de Ereván, su capital, han sido escenario de manifestaciones contra el actual gobierno, con ciudadanos demandando la dimisión de Pashinyan.
El consejo de seguridad armenio ha advertido sobre posibles disturbios de gran magnitud, comprometiéndose a mantener la estabilidad y el orden constitucional en el país.
El saldo de estas manifestaciones ha sido preocupante, con más de 30 personas heridas, según datos del Ministerio de Sanidad armenio.
El origen del conflicto entre Armenia y Azerbaiyán
El conflicto entre Armenia y Azerbaiyán tiene sus raíces en la desintegración de la Unión Soviética en 1991. Los separatistas armenios de Karabaj optaron por distanciarse de Azerbaiyán, desencadenando un conflicto que resultó en aproximadamente 30,000 víctimas.
En 2020, después de seis semanas de combates, Armenia cedió parte del territorio que había controlado desde los años 90. Esta situación ha perpetuado las tensiones y enfrentamientos en la región.