Los primeros simuladores de vuelo F-35 han sido instalados en la Base Aérea de Florennes, consolidando un avance significativo en la capacitación de los pilotos belgas para operar el caza de última generación. En los próximos meses, se pondrán en funcionamiento cuatro simuladores en Florennes, mientras que otros cuatro se integrarán en la base de Kleine-Brogel dentro de dos años.
Estos dispositivos avanzados recrean con precisión las condiciones reales de vuelo, permitiendo la práctica de maniobras complejas, respuestas ante emergencias y escenarios de combate contemporáneos. Un piloto instructor de la base de Florennes resalta que la cabina idéntica a la original y la simulación realista de fallas y respuestas operativas mejoran notablemente la preparación de los aviadores.
Para garantizar un entrenamiento acorde con las exigencias actuales, los simuladores reciben actualizaciones periódicas que incorporan las últimas innovaciones del programa F-35 y las doctrinas tácticas más recientes.
El uso de estas herramientas resulta esencial en la transición al F-35. Antes de volar el caza real, los pilotos experimentados deben completar unas 10 horas en el simulador. Para los más jóvenes, el proceso es más extenso, ya que pasan directamente del F-16 biplaza al F-35 monoplaza.
Fabricados por la misma empresa responsable del F-35, estos simuladores ofrecen escenarios imposibles de replicar en vuelos reales dentro del espacio aéreo belga. Factores como condiciones meteorológicas extremas, enfrentamientos avanzados y gestión de amenazas pueden practicarse sin las limitaciones operativas de una misión real.
La versatilidad de estos sistemas es una de sus mayores ventajas. Las sesiones pueden adaptarse en duración e interrumpirse para realizar debriefings inmediatos, optimizando así el proceso de aprendizaje. En términos de costos y logística, representan un beneficio clave al reducir la necesidad de despliegues en el extranjero y liberar aeronaves para operaciones reales.
En el futuro, los simuladores de ambas bases aéreas se conectarán entre sí, permitiendo entrenamientos conjuntos a distancia. Además, el Ministerio de Defensa belga prevé la adquisición de ocho simuladores basados en efectos (EBS) por base, facilitando ejercicios en red con otras fuerzas de la OTAN.
Estas innovaciones fortalecen la preparación de los pilotos y agilizan su adaptación a las exigencias del F-35, asegurando una formación más eficiente y avanzada.