La segunda ronda de negociaciones sobre las garantías de seguridad de Rusia, que tuvo lugar el miércoles en Bruselas a nivel del Consejo Rusia-OTAN, previsiblemente no dio ningún resultado.
La OTAN rechazó las exigencias de Rusia de no expandirse hacia el este, anulando la decisión de aceptar a Georgia y Ucrania en la Alianza y la retirada de la OTAN hasta sus fronteras de 1997.
“Sólo Ucrania y 30 aliados (países miembros de la OTAN) pueden decidir cuándo Ucrania puede convertirse en miembro de la OTAN. Nadie más. Y, por supuesto, Rusia no tiene poder de veto”, dijo el Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, en una conferencia de prensa tras la reunión de cuatro horas.
Afirmó que, aunque el hecho mismo de las negociaciones es una “señal positiva”, siguen existiendo “desacuerdos significativos” y, además, sigue habiendo un “riesgo real de un nuevo conflicto armado en Europa”.
Rusia, según Stoltenberg, tendrá que enfrentarse a “consecuencias nefastas” si utiliza la fuerza militar contra Ucrania. Y aunque las garantías de seguridad colectiva no se aplican a Kiev (es decir, la OTAN no luchará por Ucrania), la alianza reforzará su presencia en el territorio de los aliados del este, en caso de escalada, dijo Stoltenberg.
La jefa de la delegación estadounidense, la vicesecretaria de Estado de Estados Unidos, Wendy Sherman, declaró que Rusia no aportó nada nuevo al consejo con la OTAN respecto a lo que ya había declarado en las conversaciones de Ginebra hace dos días.
“Les dijimos a los rusos: algunas cosas que habéis puesto sobre la mesa son absolutamente inaceptables para nosotros. No vamos a aceptar que la OTAN no se expanda más. No vamos a aceptar volver a 1997. No vamos a permitir que nadie cierre de golpe la política de puertas abiertas de la OTAN, que siempre ha sido fundamental para la alianza de la OTAN”, dijo Sherman.
“Hoy hemos vuelto a decir a Rusia que invadir Ucrania tendrá costes y consecuencias significativas que irán mucho más allá de lo que afrontaron en 2014”, continuó.
Según Sherman, el paquete de sanciones ya ha sido coordinado con los aliados de Estados Unidos y tendrá como objetivo la economía y el sistema financiero ruso. “Las acciones de Rusia causaron esta crisis, y es Rusia quien debe reducir las tensiones y dar a la diplomacia una oportunidad de éxito. Seguimos dispuestos a continuar nuestro compromiso con Rusia”, dijo Sherman.
Tras las conversaciones, la delegación rusa se quedó pensativa. Durante casi dos horas, ni el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso ni el de Defensa pronunciaron una palabra. Mientras Stoltenberg y Sherman ya habían terminado de comunicarse con los medios de comunicación, el viceministro de Asuntos Exteriores ruso, Alexander Grushko, no apareció en la rueda de prensa prevista, informa EurActiv.
El primero en romper el silencio fue el Ministerio de Defensa ruso. El viceministro de Defensa ruso, Alexander Fomin, declaró que la OTAN “ignoró” las propuestas rusas de desescalada.
Grushko, que compareció ante los periodistas dos horas y media después de que terminaran las conversaciones, dijo que el proceso de ampliación de la alianza crea “riesgos inaceptables” para Rusia y añadió que Moscú tiene la intención de “hacerles frente”, incluso con medios militares.
“Si la OTAN pasa a una política de disuasión, entonces habrá una política de contra-disuasión por nuestra parte. Si se trata de intimidación, entonces habrá contraintimidación. Si es una búsqueda de algunas vulnerabilidades en el sistema de defensa de la Federación Rusa, entonces será una búsqueda de vulnerabilidades en la OTAN. Esta no es nuestra elección, pero no habrá otro camino si no conseguimos invertir el actual y muy peligroso curso de los acontecimientos”, dijo Grushko.
Estados Unidos y la OTAN, según el viceministro ruso de Asuntos Exteriores, están volviendo a los esquemas de 1949, poniendo en primer plano la disuasión de Rusia y tratando de conseguir la superioridad en todos los ámbitos y en todos los posibles teatros de operaciones militares. Y durante los ejercicios militares, practican el uso de armas nucleares, lo que “también causa la más seria preocupación”.
La delegación rusa, según Grushko, “logró transmitir a los miembros de la alianza que la situación se está volviendo intolerable”. “Hoy, muchos se han dado cuenta de que esta historia llegará a su fin tarde o temprano, y puede ser diferente”, dijo.
Sin embargo, no fue posible llegar a acuerdos concretos, al menos para continuar las negociaciones. Las diferencias fundamentales en la visión de la seguridad europea no permitieron tomar una decisión sobre el algoritmo de las acciones posteriores en la reunión con la OTAN, concluyó Grushko.